Pero se mueve: El teatro como acción transformadora

Autora: Laura Szwarc


«Público, actores, texto/ pensamiento: ¿Sería para la política
aquello que para la Historia no es más que la escena?»

Alain Badiou


«El teatro es…
una ocasión poética y ética».

Colectivo Akántaros


Foto en blanco y negro de teatro

Bertolt Brecht en un ensayo de Madre Coraje.

El teatro es cosa de todos los tiempos. Y de todos los cuerpos. Lo conforman lenguajes múltiples, «una especie de máquina cibernética, una verdadera polifonía, un conjunto, un grueso de signos» dirá Roland Barthes en 1964. Sin embargo, esta máquina puede funcionar de varias maneras. Especialmente dos. 

Aquella donde se supone que están separados actores y público. Decimos «se supone» porque en estas obras del «teatro burgués» el público es un objeto que se simbiotiza, se pegotea con el personaje, o sea que sufre cuando él sufre, ríe cuando él ríe, y la emoción lo rodea a tal punto que no logra cuestionar lo que ha visto. Puede no acordar con la música, la puesta, el vestuario, el modo de decir y aunque luego se reúna en la mesa del café para «hablar» de la obra, estará plenamente identificad@ con lo que vio.

Y la otra manera de hacer teatro, donde el público deja de ser un observador pasivo para pasar a ser sujeto de lo que se produce. Interviene en la obra, en las situaciones, en el texto, en el escenario que puede ser, también, la calle. Se trata de «movilizar» al público que se llamará de otro modo. Serán espect-actores y participarán en la función para activarlo.

Se podría considerar que son dos teatralidades donde el arte está presente porque el arte planea sobre nosotr@s y nos atraviesa de distintas maneras. O como definía al teatro Lope de Vega «Un tablado, dos seres humanos y una pasión».

Sin embargo, Alain Badiou dice que, como todo arte, el teatro piensa; y cuando el teatro es realmente teatro, arte del teatro, es un esclarecimiento de la Historia y de nuestro enredo vital.

La coreografía, las voces, los textos se trabajan para acceder a la comprensión trágica o/y cómica de las cosas del mundo. Así, ante tanto «drama burgués» surgen Bertolt BrechtAntonin ArtaudJerzy GrotowskyTadeusz KantorPeter BrookEugenio BarbaAugusto Boal entre algunos otros, para reconsiderar el teatro y pensarlo como hecho transformador. 

Bertolt Brecht dirá que en el teatro tradicional (aristotélico) la actuación se transforma en un quehacer «mágico»; por lo tanto, si la función del actor fuera «mágica», el actor sería un ser especial, separado de la vida cotidiana de su público. Sin embargo, actor y espectador son personas que comparten un mismo momento histórico y que, sin abandonar la creatividad del hacer teatral, tendrían que poder interrelacionarse como sujetos e interrogarse por las situaciones que la obra plantea. Para Brecht el actor no necesita abandonar su realidad social, su tiempo histórico para sumergirse en la del personaje. Así, el espectador no se perderá en una acción «mágica» sino que será un sujeto comprendiendo una acción. «Mi intención –hace decir Bertolt Brecht a Galileo Galilei en su obra– no es probar que hasta ahora he tenido la razón, sino averiguar si realmente la he tenido». Y plantea la duda, no como indecisión sino como método que pone en tela de juicio aquello que quienes detentan el poder muestran como verdades inamovibles. (Algunos años después Augusto Boal dirá que el teatro es la verdad escondida.)

Bertolt Brecht con su Teatro Épico/Narrativo del distanciamiento ha sido uno de los grandes antecesores de Augusto Boal, quien sistematizó el Teatro del Oprimido y sus diversas líneas de trabajo como son el Teatro Periodístico, el Teatro Legislativo, el Teatro Invisible, el Teatro Imagen y el Teatro Foro, (también llamado Social o Político, aunque consideramos que todo teatro es social y político).

El objetivo de estas diferentes líneas es transformar al espectador en protagonista de la acción y «a través de esta transformación ayudar al espectador a preparar acciones reales que lo conduzcan a su esclarecimiento y liberación». Recibe entonces el nombre de espect-actor.

Augusto Boal basa muchas ideas en Paulo Freire y su Pedagogía del Oprimido donde el autor propone una pedagogía con una nueva forma de relación entre educador/educando y entre sujetos sociales. El libro está basado en su propia experiencia como profesor de adultos analfabetos y en su exploración de lo que llama la relación entre «colonizador y colonizado».

Boal junto a Freire.

Boal junto a Freire.

Augusto Boal concibe esta teatralidad en un momento de luchas en Latinoamérica; después de haber estado preso en Brasil, viaja Argentina en 1970 y allí publica su primer trabajo. Más adelante, es invitado a dar un curso en la Sorbona, en París, allí escribe ‘El arco iris del deseo’, donde agregará técnicas ante las diferentes maneras que toma la opresión en dicho continente. Se producen, así, continuas transformaciones en su hacer, correspondiendo esto a su modo de enfocar el teatro como permanente interrogación.

Teoría y práctica es la que se produce constantemente en el Teatro Foro (siempre con el subtítulo Entre la Pedagogía y la Emancipación Social) que se desenvuelve y aloja en numerosos países. En Latinoamérica en el 2007 se crea ReLATOSur, Red Latinoamericana de Teatro del Oprimido Sur con encuentros bianuales de intercambio. Y en el 2004 se crea otra: la Red Ma(g)dalenas Internacional, unida por un profundo compromiso con la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres.

Consideramos que para sus hacedores el Teatro del Oprimido implica estar en un estado de estudio y alerta, atendiendo a los hechos políticos que van sucediendo para poder pensar sobre las transformaciones sociales y sin descuidar el teatro como arte. En marzo del 2009, Boal recibe el reconocimiento de «Embajador Mundial de Teatro» de la UNESCO.

En su Mensaje en el del Día Mundial del Teatro, Augusto Boal dijo: «Aunque inconscientemente, las relaciones humanas se estructuran de forma teatral: el uso del espacio, el lenguaje del cuerpo, la elección de las palabras y la modulación de las voces, la confrontación de ideas y pasiones, todo lo que hacemos en el escenario lo hacemos siempre en nuestras vidas: ¡nosotros somos teatro!»

En España, son varios colectivos que realizan su accionar a través del Teatro del Oprimido: La trincheraDianas TeatroEl Forn de teatre Pa’tothomAkántarosCactus, entre otros; La Tortuga tiene su escuela donde investiga de forma integral.

«Viendo el mundo, además de las apariencias, vemos a opresores y oprimidos en todas las sociedades, etnias, géneros, clases y castas, vemos el mundo injusto y cruel. Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos entrando en escena, en el escenario y en la vida.» Augusto Boal.