
Los presupuestos participativos son un proceso mediante el cual la ciudadanía puede proponer y decidir sobre la asignación de recursos públicos. A menudo se utilizan para mejorar la calidad de vida de las comunidades, involucrando a la población en la toma de decisiones y en la definición de los retos y las necesidades de la misma. Permiten a la ciudadanía involucrarse activamente en los procesos democráticos y en la definición de las prioridades de gasto e inversión de su municipio o comunidad. De esta forma, se promueve una conexión con las instituciones públicas, que se ven obligadas a escuchar y atender sus demandas y necesidades.
Existen múltiples formas de involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones: consultas populares (encuestas, foros, etc.), medidas de deliberación participativa, proposición de políticas públicas o presupuestos participativos, entre otras. Los presupuestos participativos son uno de los mecanismos más populares y extendidos, entre otras razones, porque contribuye a la participación a la vez que, a la transparencia y rendición de cuentas, beneficios todos que permiten superar la desafección democrática tan creciente en las democracias europeas actuales.