Cómo intervenir un patio escolar

Esta guía puede utilizarse como un programa pedagógico y, a la vez, como un proyecto de construcción colectiva. En cualquier caso, os indicaremos cómo realizar alguna intervención en el patio de vuestro colegio a partir de materiales sobrantes que encontraréis en el propio centro o implicando a empresas que quieran colaborar con sus excedentes. Uno de los objetivos será generar vínculos entre diferentes agentes para producir colaboraciones más potentes y transformadoras.

Pensamos que modificar colectivamente el patio de un colegio puede aunar la formación, la reutilización creativa y el trabajo en grupo. Ya que, cuando hablamos de intervenir en esta zona del centro estamos pensando en modificarla físicamente, ya sea tocando sus paredes, incluyendo vegetación o huertos y, sobre todo, mediante la construcción de nuevos equipamientos lúdicos.

El juego es fundamental en la vida de todas las personas, especialmente de los niños. Sin embargo, hemos detectado en muchos centros educativos una parálisis y abandono en el cuidado y el diseño de los espacios comunes.

Muchos centros están aplicando cambios metodológicos, que no suelen ir acompañados de un rediseño del espacio en base a estas nuevas perspectivas pedagógicas. En la mayoría de los casos, profesores y alumnos tienen que adaptarse al espacio que les viene dado, encontrando la dificultad añadida de que la configuración de las aulas y los patios, el tipo de mobiliario o las estructuras arquitectónicas no favorecen el desarrollo de estas nuevas pedagogías sino que, por el contrario, las limitan. Por todo ello, encontramos una gran necesidad actual de transformar espacios comunes que llevan décadas sin evolucionar, especialmente el del patio del colegio.

Bidón

Pensamos en algunos campos de deportes con sus reglas y tamaños reglamentarios, algunos juegos que sólo pueden usarse de una manera (toboganes, columpios) o piezas completamente geométricas (tubos, semicírculos, rampas, etc.) con las que podemos inventar miles de juegos, que se renuevan día tras día, generación tras generación. Estas últimas estructuras, especialmente cuando permiten que muchas personas juguemos a la vez, son las que resultan más útiles (porque son más divertidas) en un patio de colegio.

Junto a estas piezas, en los patios de colegio hay muchos más elementos que pueden necesitar que hagamos alguna clase de intervención: los areneros, las zonas de encuentro o de paso, los espacios con vegetación (parterres, árboles, setos, etc), o incluso los parkings de bicicletas. Algunos colegios han incluido en los lugares abiertos nuevos espacios tales como huertos urbanos, elementos pedagógicos o aulas al aire libre.

Sin embargo, en esta guía nos centramos en tres tipos de intervenciones posibles por ser las más versátiles y útiles: con pintura, jardín vertical, y nuevos juegos de neumáticos.

Una vez hayamos intervenido en el patio de nuestro colegio con estos elementos, podremos pensar en acometer otras tareas, en base a materiales específicos que hayamos encontrado o para reparar algunos de los elementos propios que hemos ido señalando. Pero nosotros recomendamos abordar este primer paso antes de ir más allá.

Qué vamos a conseguir

El objetivo fundamental del proyecto de modificar el patio de tu colegio es el de construir entornos deseables, para el juego y el aprendizaje, y aprender haciéndolo. Con el desarrollo de estas actividades conseguiremos:

  • fomentar el trabajo en grupo y la capacidad de organización;
  • generar herramientas para la construcción del entorno;
  • profundizar en el concepto de reutilización como forma creativa de relacionarnos con la basura;
  • promover un modelo de gestión honesta y transparente de residuos: actitud responsable con el medio ambiente;
  • aprender a valorar y cuidar lo que nos rodea y pertenece a todos;
  • incentivar la participación activa de los alumnos y alumnas, pasando a ser productores en lugar de meros consumidores pasivos;
  • ampliar imaginativamente el programa extraescolar del colegio revitalizando sus espacios.

Bidón con bolas

Qué nos va a aportar

Intervenir en el patio del colegio nos puede aportar una serie de aprendizajes específicos y, además, podremos cubrir algunas necesidades espaciales de los centros. Los colegios con los que hemos trabajado suelen buscar, entre otras cosas, «adecentar» el espacio público que el colegio ocupa y que forma parte del barrio y de la visión de conjunto que ofrece a cualquiera de sus visitantes.

En algunas de nuestras intervenciones hemos conseguido, por ejemplo, empezar a hacer uso de un amplísimo espacio que había en un colegio y que, desde su inauguración, nunca había podido utilizarse por la cantidad de desperdicios que caían desde los pisos que lindan con el colegio. Se trataba además de un espacio muy sensible y aprovechable, pues era el arenero y el patio de recreo infantil del que dispone, ahora sí de forma real, el colegio.

Existen otras necesidades en este sentido, desde limpiar y educar a los vecinos para que las aceras que rodean nuestras instalaciones estén más saneadas hasta repintar (decimos lo de «re» porque ya fueron pintadas por los «grafiteros» necesitados de «espacios») los muros y fachadas del edificio, etc.

Esas necesidades seguramente vayan cambiando a lo largo de los cursos, con lo que recomendamos mantener un espacio abierto dedicado a la modificación del patio, de modo que la comunidad educativa conozca y sea consciente de la posibilidad que tienen de cuidar, reparar y finalmente modificar su patio, y no tome este espacio como un objeto cerrado al que tienen que adaptarse.

Por ello, el propio proceso de modificación puede convertirse en un proceso abierto, ya que durante el mismo se desarrollan una serie de aprendizajes.

El diseño participativo con materiales de descartados es un proceso que nos permite familiarizar al grupo con un conjunto heterogéneo de conocimientos, que incluye dominios teóricos y prácticos.

Reunión profesorado

En cada uno de los dominios se tratan varios temas:

  • diseño participativo como herramienta de empoderamiento comunitario:
    • la participación ciudadana;
  • proyectos participativos dentro y fuera de la escuela;
  • herramientas de trabajo participativo;
  • soberanía y autonomía de la comunidad escolar:
    • usos posibles de los espacios educativos;
    • la ‘utilitas’, función en la arquitectura y en el espacio público;
  • la función como posibilidad creativa y motor productivo:
    • el juego como forma de aprendizaje;
    • la colaboración horizontal en el entorno escolar;
  • gestión de recursos públicos obsoletos como materia prima para los proyectos:
    • cartografías participativas;
    • recursos públicos y formas de gestión eficiente;
  • tecnologías, herramientas y propiedad intelectual;
  • formas de propiedad intelectual: copyright, copyleft y todas las de en medio.

Por qué ahora

Desde que las zonas de juegos para niños se inventaran casi como ejercicios gimnásticos a principios del siglo XX en Nueva York, y éstas pasaran a formar parte imprescindible de los patios de colegio, poco han cambiado. A lo largo de las décadas, se han ido sucediendo distintas formas para jugar, aunque su esencia viene siendo la misma: una serie de construcciones en las que los niños y niñas puedan desarrollar juegos más o menos abstractos.

Por diferentes motivos, a lo largo de las últimas décadas, los patios de colegio han ido viendo mermadas sus funciones y su disfrute. Los recortes en mantenimiento han conducido a que sea más recomendable deshacerse de un juego que repararlo, los recortes en jardinería han reducido las zonas de sombra a la mínima expresión y la revisión de la noción de «riesgo» ha conducido a que algunos juegos sean realmente poco divertidos.

Sin embargo, en los últimos tiempos hemos detectado un gran interés entre padres, madres y docentes por retomar los patios de colegio como lugares educativos, divertidos y de contacto con el aire libre. Esperemos que esta guía pueda contribuir con aquellos centros que quieran intervenir en sus patios en este sentido.