Cómo hacer una moneda social

Una moneda es un instrumento que se pone en circulación para liberar la riqueza que somos capaces de crear juntos por medio de la colaboración y el intercambio. La moneda convencional se denomina también moneda de curso legal, lo que quiere decir que no se puede rechazar como medio para saldar deudas, por lo que suele estar asociada al poder. Por el contrario, se considera que la moneda es social cuando es de libre aceptación y sus reglas de funcionamiento son explícitas.

Hay quien va un paso más allá y considera que una moneda social sólo puede ser auto-gestionada por los participantes en la misma, es decir, por las personas que la aceptan en pago. Dicho con otras palabras: una moneda es social cuando no viene impuesta por autoridad alguna y cuando el poder que implica crear dinero está gestionado por todos los participantes en la moneda directamente.

Esto hace que el reto de poner en marcha una moneda social implique tener en cuenta cuestiones técnicas propias del dinero en sí, y cuestiones sociales, pues en el caso de una moneda social, la aceptación es voluntaria y no impuesta.

A la hora de establecer los objetivos de una moneda social, hay una serie de ventajas que podemos priorizar:

  • En primer lugar, una moneda complementaria puede ofrecer liquidez: la capacidad de cambiar más fácilmente los propios recursos que en moneda convencional. Esto puede permitirnos afrontar nuestros compromisos de pago más fácilmente y aumentar nuestra riqueza, siempre que en la comunidad que crea la moneda puedan ofrecernos los bienes y servicios que necesitamos y estén interesados en lo que podemos ofrecer. Esto es lo que animó a los fundadores de la moneda WIR suiza a crear un círculo de intercambio en plena gran depresión (1934) que aún sigue en funcionamiento 80 años después con más de 60.000 empresas adheridas.
  • La cercanía es otra de las ventajas que puede ofrecernos una moneda social. Ahora que la huella ecológica es tan importante por la amenaza del cambio climático, una moneda social puede permitirnos consumir de preferencia lo cercano, y reducir las emisiones de CO2 que se generan con nuestro consumo. La cercanía también tiene un componente social, la moneda comunitaria nos acerca a quienes tenemos al lado estrechando los vínculos sociales y reforzando la confianza.
  • Y, por último, la moneda social puede ser un instrumento al servicio de la creación de iniciativas comunitarias y del desarrollo del procomún colaborativo, así como un laboratorio de prácticas para un sistema monetario y financiero alternativo y sano.

En cuanto a los aspectos de la puesta en marcha de una moneda social, el libro «El dinero de la gente» presenta, además de algunos conceptos teóricos muy útiles, una investigación realizada por John Rogers que recoge la experiencia de muchas comunidades en la creación de su moneda social.

Antonio Navarro Wijkmark

La propuesta que os hacemos en diferentes pasos a través de la guía está basada en el proceso que describe el autor, tomando como referencia las experiencias prácticas analizadas y el diseño de iteración, que consiste en pasar de una versión de diseño a otra mejor, y en cada paso, se realiza una evaluación para confirmar la mejora.

1. Formar la comunidad

Para iniciar el proceso, debemos formar un grupo de dirección, recabar aliados, formar grupos de trabajo y acordar objetivos. La fase de formación de la comunidad da comienzo a un proceso de desarrollo comunitario en el que la gente se involucrará en el proyecto.

Esta fase siempre debería ir al principio, para asegurar unas bases sólidas para el resto del proceso. El hecho de formar parte de la organización desde el principio será un factor de implicación de los individuos en la comunidad. Una vez que los grupos centrales, los aliados, la visión y las metas han sido acordados, comienzan a abordarse las otras fases —pero ninguna de ellas funciona por sí sola ni está separada de las otras: todas ellas deberían influenciarse y retroalimentarse continuamente. La fase de formación de la comunidad dura mientras dure el sistema. Muchos grupos se ven tan inmersos en el proceso de Diseño que se saltan esta fase. Este es un gran error y una causa común de fallo. Crear una comunidad implica también dotarse de algunas dinámicas y espacios comunitarios.

Gobernanza

Es importante crear dinámicas para la toma de decisiones. Al principio habrá muchas reuniones conjuntas de todos los participantes en las que se tomarán las decisiones. Pero, poco a poco, habría que ir tomando decisiones, no sobre el la moneda, sino sobre el propio sistema de toma de decisiones, llevando la capacidad de decidir a quienes están cerca de la cuestión, quienes la han estudiado y la conocen mejor. Esto permitirá que la comunidad sea más ágil y tenga un progreso más rápido.

Espacios destinados al diálogo

Para poder reunirse y poner en común las cuestiones que hay que decidir, será preciso acordar un día, hora y lugar para encontrarse. Si es cada semana, se establecerá la rutina y todos los miembros se acostumbrarán a acudir a la cita sin necesidad de dedicar tiempo en cada reunión a decidir cuándo y dónde se vuelve a hacer una reunión.

Asamblea

Estos espacios para el diálogo serán lugares de aprendizaje, en los cuales todos los participantes podremos conocernos mejor entre nosotros e incluso a nosotros mismos. Los aspectos filosóficos del dinero son amplios y profundos, esto puede hacer que las discusiones sobre algunas decisiones se alarguen hasta convertirse en infinitas y que haya quien se aferre con uñas y dientes a una postura.

Será preciso recordar que, con toda la importancia que puede tener la discusión sobre estos aspectos, la práctica sobre los mismos será igual de interesante o más, y que si la discusión no acaba en decisiones, la puesta en práctica no llegará jamás. Por eso suele ser útil fijar temas a resolver en cada reunión y hacer lo posible por ceñirse a lo previsto y a los horarios marcados.

Lugares destinados al intercambio

El destinar un lugar y un horario determinado para el mercado, puede facilitar mucho el intercambio y el conocimiento de los participantes entre sí.

Dinámicas de acompañamiento para nuevos participantes

Cuando en un sistema de moneda está previsto que se vayan incorporando cada vez más miembros, suele ser muy interesante prever una dinámica de acompañamiento de nuevos miembros del sistema. Se pueden designar turnos para que cada nuevo miembro de la comunidad reciba un mentor que le haga de guía respecto a los pasos a dar y lo que pueden esperar.

Antonio Navarro Wijkmark

Habrá innumerables aspectos que las personas que están desde el principio en el sistema ya conozcan y tengan interiorizados, y no se les ocurra mencionarlos a los nuevos participantes. Esto puede hacer que se sientan perdidos y desalentados.

Es importante hacer un esfuerzo para mantener actualizadas las cuestiones esenciales a conocer para poderse sumar a la comunidad, incorporando las nuevas decisiones respecto al funcionamiento que se tomen y quitando todo aquello que vaya quedando en desuso.

Sistemas de dinamización del intercambio

Hay herramientas que pueden ser especialmente útiles para dinamizar los intercambios, por ejemplo, tener un sistema de anuncios de ofertas y demandas.

Este sistema puede basarse en publicar anuncios en un corcho o en un sistema online de registro de ofertas y demandas, o en la impresión y publicación de una revista semanal.

Mecanismos de resolución de conflictos

En los intercambios pueden surgir conflictos. Imagina que tu amigo te vende un móvil y cuando te lo llevas a casa se apaga y ya no se vuelve a encender. Es fácil imaginar la frustración del comprador y lo fácil que puede acabar esta situación en un problema. Esperar a que surja el primero e improvisar es una posibilidad, también puede acudirse a los organismos de mediación oficinales (relacionados con las áreas de consumo de los ayuntamientos) e incluso a los tribunales, pero en muchas ocasiones es mucho mejor prever un mecanismo propio sobre qué hacer cuando surja un conflicto, que nos ahorre muchos sinsabores.

2. Hacer una investigación

Debemos investigar todas las formas posibles de diseño y evaluar de manera crítica los pros y contras de cada punto de vista. Durante la fase de Investigación, se forman grupos de trabajo especializados que hacen una evaluación crítica de todas las opciones:

  • diseño de la moneda social,
  • posibilidades en cuanto a operativa,
  • software…

En la fase de investigación es importante marcarse metas y un plazo para recopilar las distintas opciones y tomar una decisión.

3. Realizar un diseño

El siguiente paso es escoger las opciones de diseño que mejor se ajusten a nuestros objetivos. En esta tercera fase, el grupo promotor construye un diseño que se ajuste a los fines establecidos y, cuando lo tenga, lo presentará al grupo.

Diseños monetarios

Todas las fases en la creación de una moneda son importantes. Desde generar una dinámica constructiva en el grupo hasta evaluar adecuadamente la marcha del sistema. Muchas de ellas son pasos que hay que dar en la gestión de cualquier proyecto comunitario. Lo que es específico al proceso de creación de una moneda social es el diseño monetario. Así que vamos a ver algunos ejemplos, ya que es la forma más fácil para entender un diseño monetario.

Diseño monetario bancario

Empecemos por el sistema monetario convencional. Este es un diseño en el que hay un emisor monetario muy claro: el sistema bancario.

Los bancos son los que crean la mayor parte del dinero que existe hoy día. El dinero bancario son los depósitos que la gente mantiene en los bancos, es decir, anotaciones en cuenta, depósitos bancarios a nombre de todos los que no somos bancos: empresas, particulares y gobiernos locales.

  • La creación monetaria. Los bancos crean ese dinero de dos formas: dando préstamos (normalmente con interés) y haciendo pagos al público no bancario, todo lo que incrementa los depósitos de la gente en el banco a base de transferencias que proceden del mismo banco. El dinero se destruye con el movimiento opuesto: cuando la gente devuelve los préstamos o hacen pagos al banco, por ejemplo, pagos de comisiones o intereses.
  • El compromiso del emisor monetario. Los bancos tienen el compromiso de cambiar dinero bancario por dinero en efectivo o por dinero bancario de otra entidad a la par (es decir una unidad monetaria de dinero bancario por una unidad monetaria de los otros tipos de dinero).

Crédito mutuo

En el otro extremo, tendríamos los diseños monetarios en los que cualquiera en la comunidad puede crear dinero. Por ejemplo, los sistemas de crédito mutuo. También es un sistema que suele basarse en anotaciones en cuenta, pero hay veces en que también se articula mediante billetes. Hay más de 4.000 sistemas de crédito mutuo en el mundo. Hay varios tipos en función del tipo de intercambio o del tipo de participante.

Tenemos los Local Exchange Trade System (LETS), los bancos del tiempo o los sistemas de intercambio empresarial. De este último tipo, el más famoso sigue siendo el WIR suizo, creado en 1934 y que hoy día usan más de 60.000 empresas suizas.

En el diseño monetario de la moneda SoNantes, de la ciudad francesa de Nantes, la creación monetaria principal es por medio del crédito mutuo.

En los sistemas de crédito mutuo, el factor clave es la reciprocidad, por ello, es importante establecer cuál será el compromiso de aquellos que acceden al crédito: una vez que han gastado su crédito adquiriendo algo ¿no tienen compromiso de hacer nada? o por el contrario ¿deben comprometerse a ofrecer algo a los demás e ingresar al menos lo que han gastado en menos de, por ejemplo, 3 meses? ¿Qué pasaría en caso de incumplimiento? ¿Debería establecerse un sistema de garantías?

  • La creación monetaria. Es importante establecer cómo empieza a funcionar el sistema, quién accede a las dotaciones iniciales de dinero y por qué. En los sistemas de crédito mutuo esto se hace por medio del crédito.
  • Límite de crédito. Es habitual que cada miembro de la comunidad se le asigne un límite de endeudamiento, que puede ser personalizado o igual para todos. Por ejemplo, se puede decidir que todos los miembros de la comunidad tienen un límite de endeudamiento de 200 unidades monetarias. También hay casos en que el límite de crédito lo marca el valor de los productos que cada miembro pone en el mercado (o tiene en el almacén) o, lo que vendría a ser igual, la capacidad de venta de cada miembro del sistema. Por ejemplo, recordemos la isla desierta, se podría llegar al acuerdo de que todo aquel que viniera con mercancía (peces, caza, fruta, etc.) podría obtener dinero a crédito cuando le haga falta por el valor de la mercancía que traiga, valorada al precio en que la vendió en la última transacción registrada. Así, por ejemplo, el pescador llegaría con 3 peces que se valoran a 5 unidades monetarias cada pez, igual que la vez anterior que llego de pescar, y con esas 15 unidades monetarias compraría caza y frutas. Como los demás productores también habrán recibido crédito, los demás productores podrán comprar al pescador sus peces, de forma que al final todos comprasen y vendiesen y tuvieran acceso a los bienes y servicios diversos disponibles.

Una vez asignado el límite de crédito, cada miembro puede pagar con cargo a su capacidad de endeudamiento y así se crea el dinero: en un primer momento, todos tienen el saldo en cero, entonces quien paga tiene una deuda y quien recibe tiene dinero. La destrucción de dinero se efectúa igual pero en sentido contrario: cuando alguien que tiene dinero paga a alguien que tiene deuda. El dinero en circulación es la suma de todos los saldos positivos que hay en el sistema, que será igual en cuantía a la suma de los saldos negativos.

  • El compromiso del emisor monetario. En estos sistemas el compromiso suele ser cambiar la moneda por bienes y servicios generados por los participantes en el sistema. Además, es un compromiso descentralizado, no de una única entidad sino de una comunidad, y la propia comunidad es la que recibe el compromiso también. Podríamos decir que en los sistemas de crédito mutuo se basan en un compromiso mutuo.

Monedas locales

Las monedas locales se caracterizan por estar respaldadas por dinero convencional. Esto significa que la entidad que gestiona la moneda recibe una unidad de moneda convencional por cada unidad monetaria de moneda local que emite, por lo general, cuando el público concienciado decide cambiar su dinero por moneda local en los puntos de cambio habilitados. El compromiso consiste en devolver la moneda convencional cuando el portador lo exija, siempre que cumpla determinados requisitos, por ejemplo, ser una empresa (es frecuente que los particulares no puedan cambiar la moneda local por la moneda convencional) o pagar una penalización de cambio.

Algunas monedas locales tienen un componente social más marcado, como el Chiemgauer (Baviera, Alemania), y otras están gestionadas o apoyadas por un ayuntamiento o entidad gubernamental, como el Bristol Pound de Bristol (Reino Unido), Sol Violete de Toulouse (Francia), La Ossetana de San Juan de Aznalfarache (Sevilla) o la Grama de Santa Coloma de Gramanet (Barcelona). Estas monedas mantienen el dinero dentro de la localidad para fomentar el comercio de proximidad o reducir la longitud de la cadena de suministro con fines medioambientales.

A) Emisión monetaria desde una cuenta central

  • Se desea poner en marcha un sistema de crédito mutuo pero los miembros tienen una alta aversión a la idea de tener una cuenta en negativo. La posibilidad de estar «en números rojos» es un factor psicológico que puede hacer que las personas no se animen a participar.
  • Se quiere usar el formato monetario físico de billetes, ya que los billetes de valor negativo no existen. Los documentos que representan deuda, como cheques o letras, no son dinero, aunque se pueden usar para aplazar la cancelación de una deuda. Mientras que el dinero cancela definitivamente una deuda.
  • Cuando la comunidad quiere poner el dinero en circulación haciendo pagos para sufragar proyectos de interés para todos los participantes. Dicho proyecto de interés general se convertiría en la cuenta en negativo, o sea, en el «deudor» de todos, pues sería a la vez la creación de todos en mayor o menor medida.

B) Banco del tiempo

Los bancos del tiempo son un caso concreto de los sistemas de crédito mutuo, en los que la unidad monetaria es una hora, un minuto, o alguna unidad de medida de tiempo, y en los que, además, el acuerdo de la comunidad es que el tiempo de todos los participantes vale lo mismo. En los bancos del tiempo, los usuarios hacen servicios los unos por los otros. El acuerdo suele ser que al principio todo el mundo está a cero, pero en cuanto «A» hace un servicio a «B» de 2 horas, A tiene un saldo de +2 horas y B tiene -2 horas. En el momento en que B preste un servicio de 2 horas a alguien que tiene horas en positivo, «B» recibirá +2 horas y su saldo quedará a cero: la masa monetaria se reducirá por compensación.

En el diseño monetario de la moneda SoNantes, de la ciudad francesa de Nantes, la creación monetaria principal es por medio del crédito mutuo.

c) Oxidación

Algunos sistemas de moneda social incorporan un tipo de interés negativo que se denomina oxidación. El dinero así va perdiendo valor según pasa el tiempo. En algunos casos la oxidación toma forma de sellos que hay que comprar y pegar a los billetes en fechas determinadas para que mantengan su valor, y en caso de sistemas de dinero digital, suele aplicarse un cargo automático en cuenta. La oxidación puede ser un método para que el sistema tenga ingresos y pueda costear su mantenimiento.

4. Preparación

Si necesitamos un local para hacer reuniones, diseñar un logotipo, o crear una cuenta en un software de moneda social… Es hora de hacer la lista de tareas necesarias y realizarlas. En la fase de Preparación es necesario que haya personas que asuman responsabilidades y puestos clave para definir las necesidades y acometerlas, de forma que todo esté a punto para el lanzamiento y la comunicación con la gente. Una lista de cuestiones a tener en cuenta en esta fase sería:

4.1. Documentación

Actas

El proceso de construcción de una moneda es el proceso de construcción de un acuerdo con muchos aspectos diferentes. La memoria a veces es débil y tras largas discusiones mantenidas en el pasado, podemos encontrarnos con que nadie se acuerda cuál fue la decisión adoptada finalmente. Una solución es tomar un acta de cada reunión donde se recojan los puntos tratados. Serán especialmente útiles si son breves, bien redactadas, y si se destacan los acuerdos adoptados y próximos temas a tratar en futuras reuniones.

Normas del sistema

Es imprescindible mantener un registro de las normas de funcionamiento de la moneda que habrá que tener actualizado para que todos los miembros puedan acudir allí y tener claro aspectos como las condiciones para darse de alta o de baja en el sistema, por poner solo un ejemplo.

4.2. Material de comunicación

Es muy útil crear un material de comunicación para los participantes y futuros participantes. Algunas piezas pueden ser:

  • Una web suele ser uno de los mecanismos más usuales para recoger los aspectos principales del sistema: cuales son los comercios o empresas adheridas y su localización en un mapa, las normas de funcionamiento del sistema, algunos ejemplos de uso, etc.
  • Un folleto también puede ser un buen instrumento de difusión.
  • Billetes. En los sistemas de moneda el billete suele ser un sistema muy útil de promoción: muestra los valores de la moneda, sus símbolos, e incluso su página web y el público no participante puede así advertir su existencia fácilmente.

Antonio Navarro Wijkmark

4.3. Operativa y tareas de mantenimiento

La operativa incluye aspectos como la recuperación de costes, la organización de cómo llevar a cabo las tareas necesarias para el mantenimiento del sistema, etc. Hay comunidades que deciden mantener las tareas comunitarias al mínimo. En estos sistemas, cada miembro tiene una disciplina muy desarrollada, se confía en que cada cual hará lo que tiene que hacer, y la operativa está fuertemente basada en métodos auto-gestionados que ahorran tiempo y costes. La operativa y las tareas de mantenimiento debe estar muy presente en la toma de decisiones de todos los aspectos del sistema: si decidimos crear una página web y no prevemos recursos para crearla, alojarla, mantenerla y actualizarla, entonces la página web no llegará a existir o estará desactualizada. Si prevemos que usaremos billetes, alguien tiene que asumir el rol de tesorero para custodiar los billetes y dar cuenta de su distribución, etc.

4.4. Dinero digital o billetes

En los sistemas de moneda social que se generaron en la Argentina pre-corralito, la mayoría de los sistemas de moneda social, denominados clubes de trueque allí, se gestionaban con billetes creados de forma bastante casera. En la actualidad, hay sistemas que siguen usando billetes infalsificables, pero también numerosos sistemas usan sistemas de dinero digital. Y otro buen número de sistemas utilizan ambas tecnologías, como el SOL Violette de Toulouse.

Hay diferentes sistemas que sirven para gestionar un sistema de dinero digital, muchos de ellos tienen la misma estructura que el software que usan los bancos, otros son más sencillos y no tan seguros. En la sección de recursos encontrarás una serie de sistemas tecnológicos que puedes usar.

La forma de pago más utilizada en estos sistemas es la transferencia rápida mediante acceso web o mediante una App de Smartphone, pero algunos trabajan también con tarjetas magnéticas, como las tarjetas de débito de los bancos, o con sistemas que permiten transferir saldos mediante SMS.

Pero también hay sistemas de moneda complementarias que suponen una innovación incluso para el sistema financiero convencional. El Bitcoin es una moneda complementaria o alternativa que está programada con la tecnología de cadena de bloque, que es una nueva tecnología que se prevé que cause mucha disrupción en el sistema monetario y financiero.

Consiste en un protocolo que permite registrar transacciones en una base de datos descentralizada, es decir, en lugar de guardarse todas las transacciones en una base de datos única y de la cual hay un responsable que garantiza la veracidad de las transacciones, algo que hace típicamente un banco, las transacciones se verifican por parte de un determinado número de participantes de una comunidad y se alojan en toda una red de ordenadores que puede crecer de forma muy rápida.

Sol Violette es la moneda ciudadana de la ciudad de Toulouse en Francia y funciona con tarjeta de débito y billetes

La cadena de bloque es lo que hace que la base de datos contenga los mismos registros exactamente, a pesar de estar replicada en miles de ordenadores.

Por ejemplo, si Alicia tenía 100 unidades ayer y las transfirió a José hoy, en todos los ordenadores de la red aparecerá que hoy Alicia tiene cero unidades monetarias y José tiene 100 unidades más que ayer.

5. Experimentación

Ahora se trata ya de lanzar la moneda y hacerla circular. A través de la experiencia descubriremos qué es lo que funciona y qué no. No olvidemos que la comunidad debe «entrar al juego», usar y valorar la moneda, para que sea un éxito. La fase de Experimentación sirve para poner en funcionamiento el sistema, hacer todo aquello que se ha acordado hacer durante el proceso de Diseño. En la experimentación de una moneda social hay un par de aspectos clave que es necesario tener muy presente:

La importancia de la masa crítica

El dinero es un servicio con efecto red. Esto quiere decir que cuanta más gente la usa, más útil resulta. El mínimo de participantes necesario para que una moneda tenga una utilidad mínima que la haga atractiva de usar, se denomina masa crítica. También suele tenerse en cuenta en este cálculo de la masa crítica el que los gastos de gestión de la moneda, divididos entre los participantes, tengan un coste asumible, en relación con la utilidad que aporta la moneda.

La importancia de la velocidad de circulación

Cualquiera que sea el diseño monetario elegido, será importante tener en cuenta que la velocidad de circulación debe mantenerse lo más constante posible, o con cambios muy suaves en el tiempo. La velocidad de circulación del dinero se mide como el número de transacciones que hace cada unidad monetaria en un periodo de tiempo. Vamos a usar nuestro ejemplo para hallar la velocidad de circulación del dinero. En primer lugar, calcularíamos la masa monetaria. Si, por ejemplo, han sido 20 personas las que han accedido a un crédito de 10 ranas cada una, entonces la masa monetaria en el sistema es de 200 ranas, esto es, el dinero en circulación en el sistema, o el dinero en manos del público. Si cada tres meses se hacen transacciones por valor de 200 unidades, entonces se harían transacciones por 800 unidades al año. La velocidad de circulación, que se suele calcular en términos anuales, sería la división entre 800 y 200, es decir: 4. La asociación internacional de sistemas de intercambio empresarial (IRTA) recomienda que todos los miembros de los sistemas de intercambio mantengan un compromiso de hacer transacciones en el sistema por un mínimo de 4 veces su crédito. Si todos los miembros cumplieran exactamente ese compromiso, la velocidad de circulación del dinero en dicho sistema sería 4.

6. Evaluación y ajuste

Debemos evaluar el funcionamiento y los indicadores con regularidad, detectar problemas y oportunidades de mejora, discutir las posibles soluciones y, si es necesario, rediseñar el sistema o cambiar algunas reglas. Finalmente, la evaluación es el momento en que se puede analizar el éxito de la puesta en marcha y corregir errores para un mejor funcionamiento.

EJEMPLO

Hemos visto el caso de una clase en la que se decide crear una moneda social para hacer intercambios, la rana. Un comic en buen estado se cambia por 2 ranas y una camiseta de Lady Gaga por 10 ranas. También se detecta que ha habido quien ha cobrado 5 ranas por una lección de álgebra. La pared derecha de la clase se ha habilitado como tablón de anuncios y cada persona que desea ofrecer algo pega ahí un cartel con su oferta.

En este contexto, de pronto surge la inquietud de generar y ahorrar dinero para el viaje de fin de curso.

Con la rana ya en funcionamiento, se decide crear un periódico del colegio que se venda a padres, profesores y alumnos como método para generar dinero para el viaje de fin de curso. Se decide usar la rana para financiar el periódico. Así que se crea una cuenta central para el proyecto del periódico.

Cada persona que contribuye a producir y vender el periódico recibe un pago en ranas. Para ello, se acuerdan de antemano los precios para cada tarea, por ejemplo:

  • escribir un artículo o una entrevista: 50 ranas;
  • vender un periódico: 30 céntimos de rana;
  • el precio de venta del periódico: 2 € por unidad.

Se decide que los euros recaudados se usarán primero para pagar la imprenta, que es el único gasto que no se puede pagar con ranas, y lo que quede en euros se ahorrará. Así, al final del curso, se repartirá entre los miembros del sistema proporcionalmente a las ranas que tenga cada uno.

Para hacer este cálculo, se divide el total de ranas entre el total de euros que hay en la caja y así se halla el tipo de cambio. Luego, para saber cuántos euros le corresponde a cada persona solo hay que dividir el número de ranas que tiene esa persona entre el tipo de cambio.

Hay que tener en cuenta que si la cuenta central ha ingresado ranas por alguna razón (por ejemplo, porque se decide admitir que se pueda comprar el periódico con ranas y alguien lo hace) esas ranas que han vuelto a la cuenta central no son dinero en circulación. Las ranas en circulación sólo son las que tienen en su poder los usuarios del sistema, no las que haya en la cuenta central. De hecho, en un sistema digital, la cuenta central estaría siempre en negativo y un ingreso de puntos en ella solo minoraría el saldo negativo. Si el sistema se pone en marcha con billetes, es necesario tratarlos de igual forma y no confundir la lógica, porque es la misma.

Habría que tener en cuenta que, antes de liquidar las ranas en euros, sería necesario que quien hubiese obtenido crédito en ranas lo devolviera primero. Con esto, desaparecerían de circulación todas las ranas creadas para el intercambio y quedarían solo las que se pusieron en circulación para producir el periódico, que son los que han generado el ahorro.

Después habría que ver si hay algún impago de los créditos en ranas y cómo resolver esta situación. Tal como hemos visto, se debería haber previsto cómo compensar estos posibles impagos previamente, por ejemplo, los participantes podrían haberse comprometido a hacer trabajos de gestión de las ranas por el valor de su deuda. Al hacer dichos trabajos, los usuarios que debieran ranas al sistema cobrarían en ranas su trabajo y podrían devolver su deuda.

Observa que en este ejemplo se han mezclado dos modelos distintos:

  • uno que busca obtener un ahorro en euros, y que, por lo tanto, constituye una moneda con cambio al euro,
  • y otro modelo creado para financiar el intercambio que suele crearse con monedas no convertibles a euros.

Es decir, los modelos monetarios pueden también combinarse y si el diseño es adecuado a las necesidades, será funcional.