Cómo hacer un herbario

1.-MÉTODOS

Organizamos al menos una salida de campo y trabajo de taller posterior en cada una de las estaciones del año. De forma individual es necesario llevar un cuaderno de campo donde se recogen
datos e información gráfica de las observaciones. De forma colectiva se traza una cartografía y un
calendario, se organizan salidas de campo y entrevistas y se compone un archivo que contiene dibujos y pliegos de herbario. Un par de personas del grupo se ocupan de la documentación fotográfica y textual para la elaboración de un blog de acceso público y compartido. Al terminar cada sesión y al final del proceso se hace una puesta en común para compartir observaciones y detectar conexiones y desconexiones. Es necesario el consenso en la toma de decisiones durante algunas etapas.

2.-CAMPO DE ESTUDIO

Como campo de estudio tomamos el entorno cercano, bien sea el parque público más próximo o el
patio de la escuela. La vegetación depende del lugar donde crece y viceversa, por eso no podemos
estudiar la flora descontextualizándola de su ecosistema, es decir, de todos los organismos inter-
dependientes que comparten el mismo hábitat y están ligados por flujos de energía y nutrientes. El
tipo de suelo, la orientación, el tipo de hábitat, etc. son importantes datos que nos ayudan a reconocer e identificar las plantas. La influencia humana también es decisiva para comprender porqué crecen unas plantas y no otras. Los parques públicos poseen un ecosistema particular porque muchas de las especies no han crecido de forma silvestre, sino que han sido cultivadas y seleccionadas por su belleza o por su adaptación al medio. Aún así, poseen una fauna asociada compuesta de aves, mamíferos, reptiles e insectos. Muchos patios de escuelas de grandes ciudades son espacios yermos y parecen terrenos exentos de vida, sin embargo, si detenemos nuestra mirada en las fisuras o las zonas que se encharcan cuando llueve, podemos apreciar minúsculos ecosistemas formados por plantas adventicias, trepadoras, gramíneas, lilas, musgos, hepáticas, líquenes, hongos,
roedores, pájaros, insectos, bacterias, etc. Estos nichos de biodiversidad se van transformando a
lo largo del tiempo y las diferentes especies se van sustituyendo unas por otras en una sucesión ecológica que, teniendo las condiciones adecuadas, puede alcanzar un estado de madurez en forma
de bosque.

3.-CARTOGRAFÍA

De forma colectiva, comenzamos el mapeado o cartografiado de nuestro lugar de estudio mediante una representación gráfica simplificada del territorio. Para ello, usamos un trozo de papel grande sobre el que trazamos los límites del espacio que queremos abarcar en nuestra investigación. A continuación, marcamos los hitos geográficos o referencias más importantes y señalamos
la escuela, la parada del autobús, caminos, lindes, estructuras como puentes o cualquier delimitador territorial, etc. Si nuestro campo de estudio es el patio de la escuela, marcar las lindes, las fisuras de los muros, el borde de las farolas, los tejados, las zonas que se encharcan cuando llueve, etc. Saber dónde está el norte y el sur nos permite determinar la trayectoria del sol y la dirección de los vientos dominantes, factores que afectan a la distribución de algunas plantas. Para conocer la orientación necesitamos observar por dónde sale y por dónde se esconde el sol o disponer de una brújula. Esta base cartográfica inicial es una herramienta muy importante que nos permite visualizar recursos y sobre la que iremos añadiendo datos a medida que avanzamos en la exploración. Normalmente la cantidad de información debe ser proporcional a la escala, es decir, cuanto mayor sea el espacio dedicado a un lugar, mayor será también el número de elementos informativos que se puedan aportar acerca de ellos. Sobre el mapa el grupo propone y decide posibles itinerarios, planifica un calendario y organiza tareas.

Fotografía del proyecto Herbarium (Lorena Lozano, FundaciónCerezales Antonino y Cinia y grupo de trabajo, 2014).
Fuente: archivo de Econodos. Con licencia CC BY-SA 4.0
Fotografía del proyecto Herbarium (Lorena Lozano, Fundación
Cerezales Antonino y Cinia y grupo de trabajo, 2014).
Fuente: archivo de Econodos. Con licencia CC BY-SA 4.0

4.-SALIDAS DE CAMPO

Durante las salidas de campo es importante la observación y la escucha atenta. A veces, es interesante mantener silencio durante el paseo para estar más atento a lo que sucede. Te recomendamos caminar con tranquilidad, hablar sin levantar la voz para no asustar a los animales, reparar en los insectos y aves que se acercan a las plantas, mirar, escuchar, tocar, oler, sentir, pensar, imaginar… Si la vegetación no es abundante, busca el agua, los agujeros, las grietas, allí encontrarás pequeñas plantas en las que quizás nunca habías reparado. Observar la flora durante la época de floración y la fructificación nos facilita la tarea de identificar. Como cada variedad se reproduce en una época determinada del año, es necesario estudiar el ecosistema a lo largo de las cuatro estaciones e ir anotando los cambios. Normalmente, lo que vemos sobre la superficie del suelo son el tallo, las hojas, los frutos y las flores. El tallo conduce la savia de abajo hacia arriba y sostiene los demás órganos. En las hojas sucede la respiración y la función clorofílica. La reproducción sexual ocurre en las flores, que tras la polinización se convierten en frutos. Hay plantas que se multiplican a partir de esporas no sexuales, como los helechos. Lo que normalmente no vemos es la raíz, que está
bajo tierra y que crece en sentido contrario al tallo. Su función no es solo sujetar la planta, también absorbe del suelo las sales minerales y el agua que la planta necesita para crecer; por su alta sensibilidad, algunos científicos lo consideran el cerebro de la planta. Además de la forma de
los órganos, hay muchas otras cualidades de las plantas que nos ofrecen importante información,
entre ellas la textura de las hojas y de los troncos de los árboles, la forma y el color de los brotes en
primavera, los restos de hojas y frutos alrededor de un árbol en invierno, etc.

5.-IDENTIFICACIÓN

Algunas plantas se identifican in situ porque alguien en el grupo las conoce y explica al resto qué
sabe sobre ella. Otras se llevan al aula para estudiar con calma. Si las plantas que se han recogido
tienen flores y/o son delicadas lo mejor es poder observar, dibujar y prensar cuanto antes. Recuerda que una vez la planta está fuera de su contexto es más difícil conectarla a un ecosistema
determinado, por eso, dibuja y anota las características del lugar donde se ha recogido (tipo de
vegetación o ecosistema, otras plantas conocidas a su alrededor, aves, insectos relacionados, características del suelo, etc.). De vuelta al aula necesitamos tener a disposición algunos manuales y
guías de identificación de la flora y fauna local con imágenes y textos. Hay muchas guías editadas y
disponibles en bibliotecas y en Internet, os damos algunas sugerencias en el apartado recursos.

5.1.-Nombrar

El sistema de nomenclatura de Linneo, a partir del siglo XVII, fue el instrumento oficial para nombrar y clasificar la vegetación en todo el planeta, facilitando así la labor de científicos y gobiernos de las metrópolis europeas. Este código ayuda a eliminar la ambigüedad que se puede presentar ante los diferentes nombres populares, da nombre a especímenes que no lo tienen y permite la comunicación en diferentes lenguas. En la nomenclatura binominal de Linneo se combinan dos palabras en latín, el género y la especie, por ejemplo, Verbena officinalis. La unidad básica de la clasificación biológica cuyos miembros son capaces de entrecruzarse y de producir descendencia fértil se denomina especie. El género normalmente es compartido con otras especies próximas.

Identificar las plantas solamente a través de los nombres latinos científicos provoca la pérdida de
infinitos sistemas de nomenclatura local y taxonomías nativas, de saberes populares. Estos vocablos que denominan una planta se refieren a los usos y significados que tiene para la comunidad, forman parte de la historia y son transmitidos de generación en generación. De hecho, los nombres de las hierbas fueron el básico y primario lenguaje que inventaron para comunicarse muchas civilizaciones antiguas. Por ello, es importante no olvidar los nombres populares de las plantas, que en muchos casos nos ofrecen información de la relación de esa planta con la comunidad donde.

5.2.-Preguntar

Las personas mayores que han vivido la agricultura se vinculan con el territorio de forma muy profunda, conocen los nombres populares, los cambios y las formas de gestión del paisaje y la
vegetación. Es interesante hablar con personas de generaciones anteriores, del vecindario o parientes de más edad que conocen las plantas y la vida rural. Busca información sobre usos de las plantas y cambios del paisaje, invita a alguna de estas personas a las salidas de campo y al taller. Prepárate para explicarles los objetivos del proyecto y animarles a compartir su sabiduría y conocimiento
del lugar y de la vegetación. Usa tu cuaderno de campo para anotar refranes, costumbres, asociaciones, clasificaciones, nombres populares, ciclos y periodos.

Representación del diente de león y sus diferentes nombres.Fuente:
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Taraxacum_officinale_-
_K%C3%B6hler%E2%80%93s_Medizinal-Pflanzen-135_0243-scan.jp
Representación del diente de león y sus diferentes nombres. Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Taraxacum_officinale_-
_K%C3%B6hler%E2%80%93s_Medizinal-Pflanzen-135_0243-scan.jpg

5.3.-Clasificar

Es necesario agrupar mentalmente la inmensa variedad vegetal que existe y hay muchos modos de
clasificar las plantas. Una forma práctica de asociarlas es según los usos que hace el ser humano
de ellas, por ejemplo, para la alimentación, la medicina, el aprovechamiento forestal, ornamental,
etc. El tipo de ecosistema o hábitat también es una forma de ordenar comunidades de vegetación, por ejemplo, la flora de bordes y caminos, de praderas, de huertas, de ríos, de costas, etc. Todas las estructuras morfológicas y sus múltiples variaciones proceden de un ancestro común y los científicos se basan en la presencia, ausencia y forma de sus órganos para ordenar la vegetación. Esta clasificación se corresponde con la evolución de las formas vegetales sobre la Tierra, desde las primeras algas simples, hace unos 400 millones de años, que más tarde formaron plantas sencillas de tallos finos con sacos de esporas. Estas, a su vez, desarrollaron tejidos más duros de madera y se extendieron como bosques de helechos gigantes que fueron reemplazados por coníferas. Las plantas con flores actuales aparecieron en los tiempos de los dinosaurios, hace entre 100 y 200 millones de años. Así, en la actualidad es posible agrupar plantas sin flor —helechos, colas de caballo, musgos, pinos, abetos y cipreses— y plantas con flor, cuyas semillas están recubiertas por un fruto que las protege —encinas, manzanos u orquídeas—. La presencia de uno o dos cotiledones en la germinación de la semilla es también una forma de clasificar las plantas.

Hojas de ginkgo, arce, sauce y llantén. Ilustración de Lorena Lozano, 2018. Con licencia CC BY-SA 4.0
Hojas de ginkgo, arce, sauce y llantén. Ilustración de Lorena Lozano, 2018. Con licencia CC BY-SA 4.0

5.4.-Dibujar

Una de las mejores maneras de estudiar la vegetación es mediante el dibujo, tanto de plantas
completas, como de sus partes. Dibujar es algo más que mirar, es examinar la apariencia de las
cosas y un dibujo de un árbol, no es un árbol, es un árbol que está siendo mirado e inspeccionado
desde le punto de vista del dibujante. Para Goethe, un estudioso de la botánica, es necesaria la
«imaginación sensorial exacta», es decir el desarrollo de imágenes gráficas que permiten penetrar la superficie de las cosas y profundizar en ellas. Trazar, por ejemplo, la secuencia de los diferentes tipos de hojas de una misma planta, nos permite, de forma atenta, visualizar su secuencia morfológica. De este modo, nuestra imaginación se mueve con ella interiorizando esas formas visuales como imágenes de la memoria. Más tarde reconoceremos las mismos patrones o grandes diferencias en otras plantas.
Necesitamos materiales de dibujo, algunas lupas y buena luz. Sin buscar el virtuosismo artístico, usa lápiz y papel para dibujar diferentes órganos de las plantas en blanco y negro. La lupa te puede ayudar a visualizar elementos que a simple vista son imperceptibles. Con este ejercicio estamos
buscando formas, estructuras, ramificaciones, volúmenes, etc., por ello, trata de usar diferentes colores solo al final. Observa los múltiples y diferentes contornos y nerviaciones de las hojas y las
diferentes combinaciones y formas de los órganos sexuales.

5.5.-Percepción sensorial

No solo el sentido de la vista es importante a la hora de reconocer las plantas, la percepción del
olor, el sabor y el tacto son otras importantes cualidades. El sentido del olfato puede evocar muchos recuerdos y hay plantas que tiene un perfume inconfundible, agradable para algunos y desagradable para otros, como el de los nísperos o el de la ruda. Restriega alguna hoja o flor entre tus dedos y deja que tu memoria traiga recuerdos y evocaciones o trata de memorizar ese olor. Para trabajar el sentido del tacto, coloca un pliego de papel de seda sobre el tronco de un árbol y frota una cera de color lo más uniformemente posible.
El resultado te dará la textura del tronco. Puedes hacer lo mismo con una hoja de un árbol, colócala con el envés hacia arriba, sujeta firmemente el papel de seda sobre la hoja y frota con una cera
de color. Para realmente agudizar el sentido del tacto mantén los ojos cerrados al mismo tiempo
que con una mano tocas una planta y con la otra la dibujas. Desde aquí, podemos incluso comenzar a interpretar las plantas también de acuerdo a nuestras propias subjetividades, emociones, memorias y otras cualidades estéticas.

Sistema sexual de clasificación de las plantas de Carl Linnaeus (1736).Dominio público.
Sistema sexual de clasificación de las plantas de Carl Linnaeus (1736).
Dominio público.

6.-SECADO, ALMACENAJE Y ARCHIVO

Además de dibujar, los especímenes recogidos que estén en buen estado pueden secarse usan-
do papel de periódico y una prensa. El proceso de secado dentro de la prensa requiere de varios
días para especies poco carnosas como las hierbas, y de meses para las más carnosas como las
crasas. Revisa cada dos o tres días el estado de las plantas dentro de los papeles de periódico y
cámbialo cuando se vea humedecido ya que pueden proliferar hongos con gran facilidad y arruinar todo el trabajo. No olvides incluir la etiqueta de la planta en el pliego en cada cambio de papel.
Después de la salida de campo y del trabajo en el taller, habréis compilado, por un lado, todo un
material formado por pliegos de herbario, dibujos, mapas, etc. y por el otro, material fotográfico
y textual para ir construyendo un blog público y compartido. Hay múltiples herramientas de software libre disponibles para crear un espacio gratuitamente en Internet y sobre el que organizar
contenidos propios con plantillas prediseñadas. Necesitamos una gran carpeta o una caja donde
almacenar de forma ordenada todos los pliegos de herbario. También es muy importante crear
etiquetas que contengan la información esencial sobre cada espécimen, esta etiqueta es útil tanto
para catalogar los dibujos y las plantas, nuestro herbario analógico, como para la información que
subimos a Internet, nuestro herbario digital. Os proponemos esta etiqueta

Modelo de etiqueta para herbario
Modelo de etiqueta para herbario

7.-PUESTA EN COMÚN Y PROYECCIÓN DE FUTURO

Comparamos los datos acumulados a lo largo del año en los cuadernos de campo. Entre todas las personas que participan extraemos conclusiones y usamos la pizarra para anotarlas. Con la información de tu cuaderno de campo y de tu mapa, ¿podrías hacer un calendario estacional?, ¿qué sucede en cada estación con las plantas que estás conociendo?, ¿cómo piensas que será la vegetación la próxima estación?, ¿y dentro de diez años?…

 

 

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