- Cuando se trabaja en equipo: Hay que asegurarse de que nadie imponga sus argumentos a los demás. Suele ser muy útil promover rondas de opinión para que todos, incluidos los más tímidos, expongan sus puntos de vista.
- Evitar las votaciones, pues siempre crean minorías: Cuando haya discrepancias que parezcan irresolubles, os recomendamos suspender la reunión, tomar un café o darnos un pequeño paseo y, al regresar, hacer una ronda donde no se vote sino que cada uno explicite las ventajas e inconvenientes que ve en las alternativas en discusión.
- Si quieres que los prototipos sean realistas: Es fundamental contar desde el principio con la implicación de comunidades de afectados.
- Comenzar a trabajar antes del encuentro presencial: Cuanto antes se empiece el intercambio de documentación y pareceres en torno al prototipo, mejor. El trabajo previo ayudará a optimizar el tiempo en las sesiones presenciales, y reducirá los posibles conflictos internos posteriores.
- Siguiendo la lógica de los procesos abiertos y colaborativos: Si los concebimos como un espacio de producción de conocimiento, las propuestas deberían ser compartidas como un bien común.