Los pasos que se detallan a continuación no son la única manera de llevar a cabo una performance ni
mucho menos, pero lo que nos gustaría es ofreceros un itinerario para que podáis realizarla de la manera
más libre, abierta, colectiva y participativa posible. Como decimos, el mundo de la performance es infinito,
por lo que vamos a proponer algunos ejemplos que hemos realizado nosotros mismos en clase con el
alumnado, para hacerlo más concreto, y, a partir de ahí, proponer una serie de variaciones que nos
pueden dar algunas claves sobre cómo aplicarlas a vuestras propias ideas. Como nuestra intención es
acercarnos al arte de la performance a través del juego,no primero que hicimos, inspirándonos en el Unnoticed
Art Festival1, fue diseñar unas reglas a seguir:
• Un/a artista propone una acción, otra/s persona/s la realizan (el/la que propone, incluido).
• La acción debe estar inscrita en el espacio urbano y en el ámbito de lo cotidiano.
• La/s persona/s que la llevan a cabo deben transcribir su experiencia.
1.-Organizar
Fijar un día, un espacio, una hora y disponer de tiempo -para la primera toma de contacto serán suficientes dos o tres horas-. Esto es algo que se debéis decidir teniendo en cuenta la disponibilidad del grupo. Como decíamos, el espacio a “accionar” o nuestro “campo de acción” es algo que debe ser objeto de reflexión ya que no es lo mismo
realizarlo en un lugar céntrico y turístico que en un barrio de las afueras o en estado de degradación…
El espacio escogido puede ser tanto u n punto fijo, como una plaza pública, un mercado municipal…, o bien un recorrido que abarque varios espacios, tantos como acciones propongáis.
Respecto a la duración de las acciones, cuanto más las extendamos, más experimentaremos un desdoblamiento del tiempo en la ciudad. Existen diferentes maneras de comprender y utilizar el tiempo en la performance, que pueden ir desde un instante, hasta un año o una vida… pero lo importante es hacer un acto de presencia “aquí y
ahora”, valorando el momento y el acontecer de los hechos. La decisión de la duración vendrá determinada
por el concepto a trabajar, por ejemplo, en un espacio por donde la gente se desplaza con prisa o corriendo -pensemos en una calle comercial-, podríamos hacer un homenaje a la pausa recurriendo a la no-acción y quedarnos inmóviles, durante diez minutos, en mitad de la acera. Por otro lado, hay artistas que extendieron la duración de las performances, como las realizadas por Tehching Hsieh2 en su serie “One Year Performances” (1978-1979) que, como su propio nombre indica, fueron desarrolladas durante un año entero. Sus performances son una exploración de sí mismo como un laboratorio creativo para repensar el valor de la libertad y cuestionar la relación hombre-tiempo-espacio. Y siguiendo a los artistas Fluxus3, una performance puede durar desde un instante (por ejemplo, apagar y encender la luz), hasta una vida entera. Ellos comprendían que cada individuo constituye una obra de arte en sí mismo, que el mundo es una gran exposición y que la vida se puede entender
como una composición artística global.
2.-Planficar
Para planificar una performance resulta útil diseñar un plan de acción y servirse de dispositivos gráficos como partituras, anotaciones, dibujos, diagramas o esquemas. Desde el punto de vista artístico, el término “partitura” (o guion de performance) remite a aquellas instrucciones necesarias, basadas en el tiempo, para llevar a cabo una
acción. Por otro lado, encontramos el mapa o la cartografía como una forma para planificar una acción en términos de espacio. Una vez hayáis fijado el espacio donde os vais a encontrar y, en su caso, el recorrido a realizar mientras activáis las acciones, recomendamos que os hagáis con un mapa y señaléis tanto el punto de encuentro como la línea del trayecto a realizar. En este caso, y como parte del juego, recomendamos recurrir a la planificación de las acciones a través de sencillas instrucciones que detallen la acción a desarrollar y que sea clara y concisa para
que cualquier persona pueda llevarla a cabo. Lo ideal es que cada miembro del grupo que hayáis reunido diseñe algunas propuestas escribiéndolas en un papel o sobre algún un objeto. La elección del soporte es totalmente libre, pero debe estar relacionado con vuestra idea. Cada persona puede aportar más de una propuesta, ya que es mejor que sobren, así siempre podéis utilizarlas en la próxima sesión de performance que organicéis.

A) Encontrar motivación (ideas)
Muchas veces una propuesta artística se considera algo original y exclusivo de un/a artista, una creación suya propia. Sin embargo, el término “activación” se nos puede ofrecer como una forma de rescatar obras realizadas en el pasado -o presente para recuperarlas4, activarlas, actualizarlas y proponer, a partir de estas, nuevas experiencias.
Para romper el hielo, podéis recurrir a libros como Pomelo de Yoko Ono5 donde encontraréis instrucciones de acciones utópicas, como su “Pieza de vuelo” que consiste en “despellejar dos mil globos y hacerlos volar por el aire” (Primavera, 1964) o “Pieza ciudad” que invita a “Caminar por todos los charcos de la ciudad” (Otoño, 1963).
También recomendamos que visitéis el “banco de ideas” creado por el artista holandés Frans van Lent6, a través del cual invita a realizar performances ideadas por otros artistas contemporáneos. Por ejemplo, esta de Sarah Boulton (#086) que consiste en “situarse debajo de un puente de forma momentánea y aplicarse bálsamo labial. Sonreír”. Como vemos, se trata de una acción mínima que se centra en la experiencia propia, en saber que un acto cotidiano como echarse vaselina en los labios, puede convertirse en una experiencia estética y artística. NOTA: ¿Y qué pasaría si en lugar de una persona echándose bálsamo labial debajo de un puente, fueran cincuenta? ¿Y si esas cincuenta personas pasan, de una en una, se echan bálsamo labial, sonríen, y se van? ¿Y si esas cincuenta personas que pasan de una en una, fueran vestidas iguales? Allan Kaprow, el creador del happening que mencionamos al principio, renunció a la autoría exclusiva de sus partituras, dejándolas abiertas como
ideas para ser reinventadas por otras personas. Él no consideraba esto como una copia de sus trabajos, sino como una oportunidad para que otros pudieran participar en la reinvención de sus propuestas: dar una segunda vida a acciones ya inventadas y proponer variaciones para crear las vuestras propias.
B) Jugar con los convencionalismos
Como decíamos antes, para Erving Goffman (1956) la sociedad es una puesta en escena y en ella las personas actuamos en nuestra obra de teatro cotidiana donde todas llevamos nuestras propias máscaras. Como motivación proponemos trastocar y trasgredir esas máscaras y esos roles que utilizamos en nuestra vida diaria; analizarlos
y plantear una reflexión crítica de aquellos roles que nos vienen dados y romperlos, como aquellos comportamientos asociados al hombre o a la mujer. Por ejemplo, la filósofa Judith Butler (1990), quien ha realizado importantes aportes en el campo del feminismo y la teoría queer, habla del género y la identidad en términos de representación/performance. Butler explica que al asumir un rol de género lo representamos, al margen de los cuerpos biológicamente masculinos o femeninos, es decir, el rol de género es el producto de imposiciones
culturales. También es posible performar una identidad racial o étnica determinada o performar una identidad de clase. Pensemos en cómo solemos presentarnos hacia el otro, en la imagen que queremos dar a los demás.
Estamos rodeados por clichés y estereotipos: la moda, la publicidad… ¡así que te animamos a detectarlos y romperlos! El arte de la performance nos permite atravesar esos convencionalismos y jugar con contrastes proponiendo elementos disruptivos, planteándonos preguntas y utilizando la performance para ensayar posibles respuestas.
C) Mira, toca, huele, escucha, saborea… la ciudad de otra manera
La ciudad es un campo de experimentación disponible para todo el mundo y es una gran fuente de inspiración. Tan solo basta con detenerse unos instantes para transformar los movimientos de los transeúntes en una improvisada danza. Si te detienes en mitad de un mercado y agudizas tus sentidos, podrás transformar el acto cotidiano de la compra en un ballet con sus pasos, ritmos y melodías propias. Fíjate en una parada de autobús: mientras la gente espera, existen unos gestos muy concretos que cada persona realiza. Te sugerimos que prestes
atención y trates de detectar esos gestos y los apuntes en una libreta. Esos movimientos característicos
y propios que conforman el comportamiento de las personas en un espacio concreto pueden servirte como punto de partida para planificar una acción. Por ejemplo: mover la cabeza de un lado a otro de forma repetida; golpear el pie continuamente; mirar constantemente el reloj; mirar una y otra vez el horario del autobús…Si tomas estas instrucciones y las llevas a cabo de una forma ordenada, con una conciencia del cuerpo y el espacio, y repites cada movimiento durante un periodo de tiempo que puede venir determinado, por ejemplo, con la llegada de un autobús y que sea esta la que marque el siguiente paso, estarás transformando algo aparentemente tan simple como esperar un autobús, en un acto performático.
3.-Performar
Una vez hayáis fijado un punto de encuentro (y en su caso el recorrido) y una hora, es momento de comenzar a activar las acciones que habéis ideado o elegido, diseñado y planificado. Un buen modo de comenzar es introduciendo todas las propuestas en un sombrero, un cubo, una caja, una bolsa…, mezclarlas todas e ir sacándolas a lo largo de la jornada. Si algunas de las acciones están pensadas para un espacio concreto, las separáis a un lado para activarlas cuando lleguéis a ese punto. Aquí solo se necesita una mano “inocente”
que elija la primera propuesta y 1, 2, 3…. ¡ACCIÓN!
También podéis esconder las propuestas por la ciudad para luego realizar un recorrido en forma de yincana mientras las activáis. Luego podéis dejarlas en el mismo lugar como una invitación a que otras personas las lleven a cabo. En una de nuestras sesiones decidimos diseñar nuestras acciones en formato digital y las subimos a una plataforma web en abierto (por ejemplo un blog) y codificamos cada una de las propuestas en forma de códigos QR8 que imprimimos en papel adhesivo y pegamos por las calles del barrio escogido para hacer las performances. Durante el trayecto fuimos escaneando con nuestros teléfonos móviles cada código QR que luego permanecieron en el lugar para que otros pudieran realizarlas.
En el momento de llevar a cabo las acciones es importante tener en cuenta que durante la realización de una performance debemos ser plenamente conscientes de nuestros 5 sentidos: oído, vista, tacto, gusto, olfato. Debemos tener presente que cuando trabajamos con nuestro cuerpo este posee muchas connotaciones, el cuerpo es la herramienta de trabajo en una performance, a través del cual experimentamos, exploramos, cuestionamos y transformamos. Por tanto hay que tener una atención plena a nuestra expresión corporal: la respiración, las posturas… Por ejemplo, si utilizamos la voz, debemos cuidar nuestro lenguaje, la voz, el tono, su modulación, así como nuestros gestos y movimientos. Asimismo, es importante pensar en lo que comunica el vestuario que escogemos que debe ir en sintonía con nuestra propuesta. Son muchos los artistas de la performance que recurren al empleo de una vestimenta negra como algo neutro o bien prefieren prescindir del vestuario o bien presentarse con un vestuario específico. Dependiendo de lo que se quiera comunicar, uno escogerá ir con un traje concreto o fabricarse un atuendo exprofeso para la acción. En este caso, como se trata de comenzar a romper
el hielo realizando performances mínimas en el espacio urbano de forma colectiva, recomendamos haceros pasar por unos transeúntes más, para que, al realizar esos gestos mínimos, se despierte la curiosidad de los viandantes por parecer uno de ellos y que, al sorprenderlos con vuestra acción,se pregunten ¿quién es? ¿por qué hace eso?
NOTA: ¿Y qué pasaría si entre acción y acción realizáramos el recorrido muy lentamente, dando pasitos muy cortitos?
A) Objetos
Durante la realización de performances podemos interactuar con objetos y transgredir su uso cotidiano
para darle nuevas utilidades. Por ejemplo, casi todas llevamos con nosotras un teléfono móvil ¿qué acciones
podríamos llevar a cabo con este dispositivo? Potenciando sus posibilidades, un teléfono podría servirnos como instrumento sonoro haciéndolo sonar, o una cámara de fotos destinada a fotografiar elementos insignificantes, como en esta acción propuesta por la estudiante Adriana Barral Peliz:
B) Performing la vida: Trasladar la performance a cualquier acto
En ocasiones resulta de gran interés performativizar algún evento o acto público, teniendo presente que el arte puede potenciar la reivindicación y aplicarse, por ejemplo, a una manifestación. A este respecto cabe pensar en la intención de la acción que se va a llevar a cabo, pongamos por caso si se trata de una propuesta activista. Así, si
conoces algún acto que vaya a realizarse en tu barrio o ciudad, como puede ser una manifestación para la peatonalización de las calles, es interesante, siempre desde el respeto y tras haberse informado antes debidamente, proponer algún acto performático. En una ocasión, en colaboración con el artista activista Domingo Mestre10, propusimos hacer una variante del Paseo de Jane11 aprovechando una manifestación que se hacía para peatonalizar el Barrio del Carmen en Valencia. Decidimos invitar a las manifestantes a llevar una silla para que durante el recorrido se la pusieran sobre sus cabezas y, en cada parada de la manifestación, nos sentáramos en ellas para finalmente ocupar una calle y comernos un bocadillo, haciendo de la calle nuestro salón-comedor. De este modo, la gente que nos veía manifestándonos con una silla en la cabeza sentía todavía más interés e
inquietud por saber el motivo de la marcha. Se trata de hacer uso de una estrategia artística para demandar o reivindicar diferentes cuestiones. NOTA: ¿Y qué pasaría si… performativizamos una reunión, una excursión, una clase o una conferencia12?

4.-Documentar
solo tiene lugar “aquí y ahora” por lo que muchos artistas optan por su registro. Durante la “puesta en acción”, recomendamos que alguien registre las acciones (fotografías, vídeos, grabación de sonido…), y para ello será suficiente disponer de un teléfono móvil con cámara incorporada. Aquí es importante el papel de la/s persona/s que registran, ya que la grabación debe ser lo menos invasiva posible y en este tipo de micro-acciones callejeras
debe tratar de pasar desapercibida para no interferir en la performance ni para llamar demasiado la atención de los transeúntes; que no piensen que es algo preparado para una filmación, ya que le quitaría naturalidad y parecería falsa. La documentación que se extraiga puede luego ser mostrada en diferentes formatos y en ocasiones los objetos, fotografías, textos, vídeos… etc., funcionan como una pieza artística en sí misma.
Además, el hecho de documentarlas es interesante para luego visionarlas de forma conjunta y tener otro punto de vista de la experiencia. En los vídeos, muchas veces uno puede percatarse de aspectos que en su momento pasaron inadvertidos, como la reacción de los transeúntes. Con todo el material que hayáis ido recopilando,
podéis elaborar un archivo que servirá como memoria de cada sesión y que podéis utilizar en el siguiente paso: la re-acción. Banquete final: Como cierre de la sesión siempre es divertido terminar con un pequeño banquete
performativo: un picnic al aire libre, un local, una terraza, una casa… cualquier espacio que se preste a tomar un piscolabis e improvisar algunas acciones grupales mientras compartimos la experiencia de cada uno. NOTA: ¿Qué pasaría si activamos el sonido de todos los utensilios que están sobre la mesa y creamos un menú-concierto? ¿y si preparamos una mesa y en ella distribuimos comida solo de color rojo? ¿y si hacemos un banquete silencioso con
aplausos en vacío o por el contrario uno en el que todos los comensales hablen sin parar, todos al mismo tiempo?
5.-Re-accionar: Pensar y valorar lo acontecido
Recomendamos que tras la realización de una performance se realice un ejercicio de valoración y reflexión, tanto para repasar las cosas que han funcionado y las que podrían mejorarse, y que nos servirán de ayuda para próximas acciones, como para recoger las diversas reacciones de las personas. Puesto que lo que se propone aquí es la realización de performances puramente experimentales, consideramos que una acción no debe ser juzgada en términos de éxito o fracaso, como dijo John Cage en 1955, no son “errores” a rectificar, sino simplemente “resultados desconocidos”, que nos pueden descubrir otras aportaciones imprevistas que se pueden aprovechar para el futuro.
Por “re-acción”, entendemos todo aquello que de la performance, ya sea el feedback de la gente que por allí pasaba, los objetos resultantes o sobrantes de una acción… etc. Esto, junto con la documentación, el mapa con el recorrido y las propias instrucciones de las propuestas configuran un testimonio que puede ser recogido en formatos varios (como las cajas realizadas por el grupo Fluxus), una publicación en formato libro13 o hasta un fanzine14 que recoja la experiencia colectiva a través de mapas, dibujos, esculturas, objetos, libro-objeto, poemas, audios, fotografías, vídeos, o papiroflexia, como estas re-acciones transformadas en pajaritas de papel.
A) Reflexionar ¿Qué pasaría si…?
Como decíamos antes, no es lo mismo que una performance sea llevada a cabo por dos personas que con veinte o con cincuenta. Realizarla todas al mismo tiempo o pasar de una en una repitiendo la misma acción una y otra vez. O bien poner en práctica una misma acción en diferentes horas y diferentes espacios: hacer una performance
de día, no tiene las mismas connotaciones que hacerla de noche, igual que hacerla en el centro de la ciudad es muy diferente a realizarla en un barrio periférico. Es importante que, tras el visionado de los vídeos, se genere una reflexión sobre estas cuestiones para experimentarlas en sus diferentes variantes en próximas sesiones.
