- Seamos el cambio que queremos ver: pongamos en práctica lo que queremos cambiar sobre la gestión de la materia orgánica es la mejor manera de avanzar y forzar el cambio.
- Mejor, hacerlo en común: hagamos lo que hagamos, hagámoslo con otras personas; en los procesos de compostaje comunitario es ideal contar con al menos tres personas, para poder asumir y repartir las tareas necesarias.
- Mejor, hagámoslo sencillo: empecemos por algo sencillo y pequeño; es una buena manera de ponernos en marcha, para comprobar cómo sale
y, si nos ha gustado, siempre lo podremos escalar. - Aprendamos de los errores: los hay y los habrá siempre, y son guías que enseñan cómo corregir y modificar para obtener resultados más acertados y precisos.
- Tengamos paciencia: ante las posibles quejas por malos olores, ante los miedos de tener insectos y roedores, ante las personas que no colaboran o contribuyen… todo tiene una solución y todo merece ser tratado desde el respeto y la comprensión.
- Apliquemos lo aprendido al currículum escolar:es una forma de aprendizaje distinta pero que podremos adaptarla un montón de asignaturas que tenemos que estudiar.
Experiencias que buscan y habilitan un espacio común
