Cómo coser(nos)

¿Te gusta la moda, la ropa, tejer, crear y todo lo relacionado con el textil? Esta es tu guía para dar forma a un taller textil de forma colaborativa.
La ropa es nuestra forma de estar en el mundo. Nos permite adaptarnos a cualquier ecosistema. Moldeamos nuestra figura con ropa y accesorios para presentarnos ante los demás y usamos nuestros cuerpos vestidos para comunicar. Con esta guía queremos que seáis protagonistas de una de las tecnologías y formas de expresión más profundamente humanas.

A) El ser humano se viste.

El textil, forma parte del acervo tecnológico humano desde el principio de la humanidad. No sólo nos vestimos con ello, sino que caminamos sobre artefactos textiles; viajamos con ellos, nos sentamos y dormimos también sobre ellos, nos secamos y calentamos con ellos; nos protegemos del sol, del fuego o la infección. Las alfombras, esterillas, puentes de cuerda, velas de los barcos, globos aerostáticos, mochilas, sillones, colchones, sábanas, hamacas, toallas, mantas, toldos, vendas, manoplas, trajes ignífugos, redes de pesca… El textil no es sólo ropa, sino un sinfín de artefactos textiles que nos acompañan en las más variadas actividades humanas.
La moda es la forma en la que moldeamos nuestra indumentaria (lo que llevamos puesto) y el textil es la tecnología que lo nutre. Es algo profundamente humano y, por tanto, siempre está atravesado por todas las cuestiones que afecta a nuestra sociedad como son las relaciones de género, el estatus, las relaciones económicas, los valores, las creencias, etc.

Pero… ¿es el textil tecnología?, ¿te sorprende? Nuestra forma de vestir no es sólo resultado de evolución de gustos y estilos, es el resultado de numerosas innovaciones tecnológicas. Por tecnología textil entiendo desde la invención de la aguja hace más de 40.000 años, al afieltrado de la lana, los telares, la máquina de coser, el método de patronaje, la invención del poliéster, de la cremallera… y, actualmente, los microprocesadores ideados para la electrónica textil y que permite conectar nuestra ropa con nuestros teléfonos móviles.
Pero las tecnologías no son neutras, están condicionadas por la sociedad en la que vivimos. Y el textil es un buen ejemplo de esto.
Por un lado está la moda, un mundo estéticamente fascinante, porque en definitiva se trata de dar otra piel y otra forma a nuestro cuerpo. Actualmente la industria la de moda genera mucha controversia por las imágenes tan estandarizadas de cuerpos que proyecta, la contaminación que provoca la industria y la explotación laboral en la que se apoya.

B) Industria y consumo textil.

tes del mundo. Por los materiales que usa (algodones transgénicos, sintéticos derivados del petróleo) y por cómo está organizada. Para fabricar una camiseta, la fibra de algodón viaja miles de kilómetros hasta donde se convierte en hilo. Este hilo viaja otros tantos kilómetros hasta la fábrica donde será tejido, el tejido a su vez viaja hasta la fábrica donde será teñido y al final la tela vuelve a viajar hasta la factoría donde será cortada y confeccionada. Y todos estos viajes son para abaratar precios, sobretodo de la mano de obra, que es en gran parte femenina. Al medio ambiente estos viajes le salen muy caro.
Aunque el consumo de ropa aumenta cada día, también hay el movimiento contrario, de consumidores que demandan que la moda sea sostenible.

También hay un movimiento de personas que quieren ser más que consumidores de ropa, que buscan relacionarse con la ropa de otra forma: creando, transformando, personalizando.
La vestimenta se considera una segunda piel y seguimos buscando la forma de reapropiarnos de ello. Si la ropa forma parte de nosotros y nosotras, ¿no es una pena que sólo nos relacionemos con ella comprando y desechando? Hay numerosos tutoriales en youtube para costumizar ropa y cada día hay más interés de las personas por recuperar técnicas textiles tradicionales, a la par que surgen interesantes iniciativas que conectan lo artesanal con las posibilidades abiertas por las nuevas tecnologías de fabricación digital. Es un mundo creativo tremendamente experimental.

Mujeres tejiendo
Tejer reúne. Y las manos ocupadas, libera la mente… y el habla. De Elisabeth Lorenzi con licencia CC BY-SA 4.0

C) Coser (nos)

Y cada vez hay más momentos y espacios donde el textil está en el medio. Apasionadas del ganchillo se reúnen en espacios públicos para compartir su tiempo de tejer y sus trucos. Surgen espacios sociales de corte y confección y costumización de ropa a partir del reciclaje. Los Fablabs van incorporando el textil en sus cacharreos tecnológicos.
Esto no es sólo un movimiento social, sino que es un modelo que también se repite a nivel profesional, abriendo espacios de innovación de forma colaborativa… Porque hay una profunda necesidad de cambiar la industria textil por la emergencia medioambiental y desigualdad social que está generando. Puedes encontrar iniciativas de este tipo bajo nombres muy distintos: taller social textil, wearlab, textilab, fashionlab…
Porque el textil es un campo amplísimo de técnicas y estéticas fascinantes. Normalmente, cuando se habla de “textil” solemos pensar en la última fase que es la confección, pero antes de que una tela se corte y se cosa para dar forma a una prenda ha pasado por gran número de procesos. Las fibras han sido hiladas, los hilos han sido tejidos, los tejidos han sido teñidos… Y cada uno de estos procesos tiene un gran abanico de posibilidades con los que se innova todos los días.
La filosofía que alimenta esta guía es que todo conocimiento debe ser abierto y apoyarse en espacios y herramientas que promuevan el trabajo horizontal, rescatando una visión de la indumentaria y de lo textil como una actividad intrínsecamente humana y universal, más allá de los procesos de mercantilización que la atraviesan.
El textil ha sido históricamente una actividad considerada como femenina y eso va a influir en vuestro taller. Toda actividad llevada mayoritariamente por mujeres es tecnológicamente y económicamente devaluada. Vais a despertar mucho interés y participación, ya que la ropa es nuestra segunda piel y hay muchas ganas de ser partícipes de esto. Es muy probable que seáis mayoritariamente chicas. Pero por otro lado, os podéis encontrar que si bien la participación es alta, la valoración de vuestro trabajo no lo sea tanto. Si os sentís así, no os desaniméis porque es el resultado de la historia y de la economía que han tendido a devaluar el textil como actividad, ya que es mayoritariamente llevado a cabo por mujeres. Pero este tipo de espacios, como el que vais a dar forma, son precisamente los que ayuda a revertir esta situación y revalorizar la actividad textil.
En esta guía os mostraré los “ingredientes” y “pasos” que considero cruciales para montar un taller textil abierto, horizontal, intergeneracional, sostenible y crítico con los estereotipos de género y por todo ello… innovador. No ha sido fácil redactarla pero espero que os sea útil. Recordad que lo más importante es que disfrutéis de lo que estáis haciendo.