Cómo hacer un banco de semillas

1. Produce y almacena tus propias semillas

Si queremos que nuestra empresa llegue a buen término, es importante conocer los factores botánicos y agronómicos que influyen en la producción de semillas. Las plantas, como el resto de los seres vivos, tienen diferentes etapas de crecimiento y es conveniente conocer la biología de cada variedad, ya que deberíamos recolectar las semillas en pleno proceso de madurez de las plantas, evitando las que se producen por una subida a flor excesivamente temprana o por la vejez de las plantas cultivadas. También es importante tener una idea clara de la forma en que se producen las semillas, puesto que ello nos obligará a trabajar de forma distinta con ellas.

1.1. Cómo se reproducen las semillas

Multiplicación sexual

Las semillas, que son la principal forma de propagación de las plantas, se producen a través de la reproducción sexual, aquella que se realiza a través de las flores, que son los órganos reproductivos de las plantas. Las flores pueden contener los órganos reproductores masculinos o femeninos (monoicas) o incluir ambos (dioicas). Además, la floración puede aparecer al final de la vida de las plantas (como es el caso de las lechugas o zanahorias, por ejemplo) o a lo largo de su vida (como pasa con los pimientos, los tomates o los calabacines).

Podemos distinguir tres grupos de plantas, en función de su longevidad:

  • anuales: florecen en el primer año (judías, tomates, lechugas…);
  • bianuales: florecen al segundo año y normalmente mueren después de la floración (cebollas, acelgas, coles,…);
  • plurianuales: florecen durante varios años (alcachofas, fresas…).

Otro factor a tener en cuenta es el fotoperíodo. Las plantas están adaptadas a que la floración aparezca en la época del año que les es más propicia y la luz influye en buena medida. Según se comporten frente al fotoperíodo, las diferenciamos en tres grupos:

  • plantas de día largo: aquellas que necesitan días más largos de 12 ó 14 horas o bien que las horas de luz se incrementen paulatinamente (zanahorias, coles, espinacas…);
  • plantas de día corto: son las que necesitan que los días dispongan de menos de 12 horas o que lo hagan después del solsticio de verano.
  • plantas indiferentes: aquellas que florecen indistintamente de las horas de luz, aunque requieran de otros factores, como el calor, para florecer (tomates, pimientos, lechugas…).

Algunas especies requieren de una cierta cantidad de días de frío para que se produzca la floración, y a eso se le llama vernalización. Estas plantas suelen ser bianuales y florecen durante la primavera siguiente a su plantación, como pasa con todas las coles, espinacas y acelgas.

Por otro lado, en las flores los gametos masculinos (polen) tienen que ponerse en contacto con los gametos femeninos (óvulo) para que se produzca la polinización. Y, para que lleguen a encontrarse, siguen dos estrategias distintas:

  • flores autógamas: en las que el polen proviene de la misma flor y por lo tanto no hay elementos externos que influyan en la polinización (tomates, lechugas, judías…);
  • flores alógamas: pueden ser polinizadas por diferentes agentes externos y, por lo tanto, el polen puede provenir de flores externas. A su vez, hay dos agentes polinizadores principales:
    • el aire (polinización anemófila) como factor de propagación del polen;
    • y los insectos (polinización entomófila) que se encargan de polinizar las flores.

Las variedades de flores autógamas son relativamente fáciles de reproducir, puesto que su nivel de cruzamiento (hibridación) con otras variedades es muy bajo. Sin embargo, las especies alógamas tienen altas probabilidades de que les afecte la polinización cruzada (cuando se polinizan con otras especies o variedades), lo cual debemos evitar para mantener las líneas varietales «puras».

Sin embargo, es importante que en las zonas de cultivo existan numerosos polinizadores naturales (habitualmente insectos) para garantizar una buena cosecha y disponer de una buena calidad y cantidad de la semilla que producimos. Para ello, debemos rodearnos de espacios no intervenidos como setos o praderas que puedan servir como refugio a estos insectos polinizadores y de paso a la fauna auxiliar beneficiosa para el control de plagas.

Multiplicación asexual

Muchas plantas se pueden reproducir mediante alguna parte de la planta, sin necesidad de las semillas. Las más habituales son estolones, rizomas o tubérculos. Al ser exactamente iguales que sus progenitores, permite reproducir sus mismas características.

Estas especies son muy difíciles de almacenar debido a que pierden su viabilidad rápidamente y requieren de recursos especiales para su reproducción. Entre las especies que se reproducen de esta manera podemos citar a las patatas, los ajos, las alcachofas o las fresas.

1.2. Agronomía de la producción de semillas

Factores abióticos

El agua forma parte fundamental de la vida de las plantas, especialmente en el clima mediterráneo. Durante la vida de éstas, debemos garantizar un suministro constante de agua para conseguir un correcto desarrollo de las plantas y, una vez iniciado el proceso de floración, debemos estar pendientes de la formación de las semillas y no desatender sus necesidades hasta el último momento. En cuanto al resto de factores, conviene utilizar espacios suficientemente luminosos para el desarrollo, así como setos que mejoren el microclima en torno a las plantas que favorezcan la polinización de las plantas y las protejan contra el viento.

Feria de la Biodiversidad | Matadero-Madrid

Nutrientes

Las necesidades nutritivas varían en función del estado de desarrollo de las plantas. Normalmente, durante las fases de crecimiento, son más demandantes de nitrógeno y durante las fases de floración y fructificación requieren un mayor aporte de fósforo y potasio, así como de micronutrientes. Además de un buen abono orgánico de cobertura, debemos aportar abonos ecológicos especializados para cada fase del desarrollo, bien a través del riego o foliarmente. Un abonado insuficiente o incorrecto puede afectar muy negativamente a la cantidad y, sobre todo, calidad de las semillas que produzcamos.

Marco de plantación

Las variedades locales poseen una base genética muy amplia que hace que normalmente sean poblaciones heterogéneas (con individuos parecidos, pero no exactamente iguales). Si queremos preservar la totalidad de las características de la planta madre y de su genética, debemos destinar un mínimo de 20 plantas a la obtención de semillas, aunque con cantidades bastante menores nos podríamos apañar sin problemas en pequeños huertos.

Aunque no es necesario, en todas las especies a la hora de plantar debemos utilizar un marco de plantación (distancia de plantación recomendada entre plantones) ligeramente superior al que se utiliza en su consumo para dotar a éstas de un espacio suplementario que necesitarán en su floración.

Y, por último, si durante su desarrollo observamos la presencia de alguna planta que no reúna las características deseadas o esté enferma debemos eliminarla antes de la floración para evitar que influya en la polinización del grupo. Así evitaremos la transmisión de enfermedades a través de las semillas y eliminaremos individuos que no reúnan las características deseadas.

1.3. Proceso completo para obtener semillas

Producción

Generalmente, las variedades agrícolas se hibridan de forma natural con gran facilidad y eso tiene aspectos positivos y negativos:

  • POSITIVOS: ganan en diversidad, lo que las hace menos propensas a que todos los individuos sean afectados por igual ante una plaga.
  • NEGATIVOS: los individuos resultantes pueden tener una menor productividad o interés que sus progenitores y, en el plano comercial, los consumidores puede que no reconozcan adecuadamente las diferentes variedades y pierda interés para ellos.

Por lo tanto, una de nuestras principales tareas será la de evitar los cruzamientos. Las hibridaciones naturales se dan principalmente con otras variedades de la misma especie, pero también lo hacen entre diferentes especies (calabacines y algunos tipos de calabazas, por ejemplo) y también con parientes silvestres (zanahorias con su abundante pariente silvestre). En el caso de que queramos evitar estas hibridaciones entre diferentes variedades, conviene conocer las características botánicas de cada especie y seguir algunos consejos básicos.

Entonces, ¿qué hacemos con los híbridos? Aunque la hibridación (también llamados cruzamientos) puede ser un proceso natural, habitualmente llamamos híbridos a todas aquellas variedades hortícolas que han sido cruzadas entre dos variedades o especies de forma artificial para seleccionar características determinadas. Estos híbridos suelen ser infértiles o, si reproducimos sus semillas, no conseguiremos que su descendencia mantenga las características de la planta madre y tienden a degenerarse con el tiempo. Por eso debemos evitar recolectar sus semillas o incluso que haya híbridos en contacto con nuestras variedades locales.

MEDIDAS PARA EVITAR CRUZAMIENTOS E HIBRIDACIONES
CORTAVIENTOS DISTANCIA
Los setos son muy utilizados en la producción de semillas por los múltiples beneficios que tienen:

  • reducen la velocidad del viento a lo largo de 15 veces la altura de este, facilitando la vida a numerosos polinizadores, con lo que mejoramos la producción y calidad de las semillas;
  • son un buen aliado para evitar las polinizaciones cruzadas, y calculamos que en un lugar con un seto de algo más de 1,5 metros las distancias para evitar hibridaciones se reducirían a la mitad.

Los setos pueden ser vivos (desde luego, la mejor opción), perennes o temporales, como por ejemplo, un seto de matas de judía en temporada o de tomate entutorado, pero también podemos contar con una estructura fija, como una tapia.

La distancia entre los cultivos es quizá la mejor manera de evitar polinizaciones indeseadas. Sin embargo, las distancias que deben respetarse para evitarlas son a veces tan grandes (más de 1 Km en numerosas especies) que hacen a veces inviable esta posibilidad, sobre todo si la huerta de la que disponemos es pequeña.
PRODUCCIÓN EN DIFERENTES AÑOS O ÉPOCAS PLANTACIÓN POR BLOQUES
Es sencillo: basta con no hacer coincidir el momento de floración de las especies que tengamos interés por reproducir. Aprovechando que las semillas tienen viabilidad durante años, podemos alternar la producción de diferentes variedades de hortalizas durante varios años, especialmente entre las especies que tenemos que dejar florecer (zanahorias, puerros, apio, cebollas, perejil…). Otra opción es la de plantar las diferentes variedades en bloques y seleccionar los individuos destinados a la producción de semilla del centro del bloque.
PROTECCIONES (JAULONES O INVERNADEROS) EMBOLSADO
Estas técnicas se suelen utilizar de forma masiva en las instalaciones diseñadas para la producción de numerosas especies.

  • Entre las especies entomófilas se utilizan habitualmente jaulones con mallas antiinsectos. Estos jaulones pueden ser portátiles (para incluir a pocos individuos) o fijos (para grandes poblaciones). En este último caso, tienen que tener poblaciones de polinizadores en ellos, normalmente aportados por nosotros.
  • Entre las especies anemófilas se utilizan obligatoriamente invernaderos de plástico para evitar que pueda entrar polen de otras poblaciones.
Esta técnica nos permitiría no realizar ningún cambio en nuestro huerto y tener todos los cultivos absolutamente mezclados. A cambio, requiere cierta constancia y cierta cantidad de horas de trabajo. Normalmente se utiliza para producir pequeñas cantidades de semilla.

Consiste en seleccionar flores antes de su apertura y embolsarlas con una bolsa porosa, pero que impida el paso de los insectos. Una vez abierta la flor, habría que destaparlas y, con un pincel, extraer el polen para posteriormente trasladarlo a otra flor y fecundarla. La flor se vuelve a tapar inmediatamente y se mantiene embolsada hasta que haya cuajado definitivamente.

Una vez haya cuajado la flor, se destapa y se identifica con algún tipo de señal (tiras de colores, por ejemplo) para que, cuando madure, el fruto pueda ser cosechado de forma diferenciada al resto.

Recolección

En la fase final del cultivo es cuando comienzan las tareas de extracción de las semillas y tendremos que escoger el momento para garantizar una correcta maduración, y evitando que tengamos una pérdida excesiva de éstas.

Las semillas de las inflorescencias maduran a lo largo de varios días y tendremos que elegir el momento en el que haya un mayor número de semillas maduras en la planta para recogerlas. Esto, en algunos casos, implicará que, previo a este momento, hayamos realizado alguna técnica de…

  • embolsado: cuando las primeras semillas estén ya maduras se deberá recubrir la inflorescencia con un bolsa para evitar la pérdida de semillas;
  • entutorado: en algunos casos en los que la inflorescencia corre el riesgo de quebrarse por el peso (puerros, cebollas, zanahorias…) conviene entutorarla para evitarlo.

Después de haber segado estas inflorescencias, tendremos que completar el secado hasta que se puedan extraer las semillas adecuadamente.

En el el caso de los frutos, habría que esperar a cosecharlos bien maduros:

  • los que se comen maduros (tomates, melones, calabazas…), los dejaremos que maduren bien en la mata antes de recolectarlos;
  • los que se comen inmaduros (calabacines, pimientos, pepinos, berenjenas…), tendremos que esperar a que aumenten de tamaño y maduren bien antes de recolectarlos, quizá un mes después o más.

Una vez recolectados los frutos, conviene extraer las semillas cuanto antes para evitar la aparición de enfermedades criptogámicas.

Inflorescencias secas de puerro | Montejo de la Sierra

Extracción

Describimos las técnicas más habituales para la extracción en seco y también en húmedo.

Técnicas más habituales para la extracción en seco y también en húmedo
TÉCNICAS PARA EXTRAER SEMILLAS
EXTRACCIÓN EN SECO
Esta técnica se utiliza en especies que producen semillas secas o en inflorescencias o vainas. Una vez bien secas, tanto las semillas como sus cubiertas se procedería de la siguiente manera.
FRICCIONADO/TRILLADO En un lugar con el suelo bien limpio o dentro de una bolsa, se procede al friccionado o golpeado (contra una pared, el suelo o mediante el pisado) para que las semillas se separen del resto de la planta.
CRIBADO Una vez bien separadas las semillas, pasaremos los restos por varios tamices (de mayor y menor tamaño que la semilla) para dejar las semillas tan solo con los restos de un tamaño similar a ellas.
AVENTADO Por último, para separar el grano de la paja, bien en un suelo que lo permita o con un sistema de cajas superpuestas, aventaremos los restos; para pequeñas cantidades, podemos hacerlo con un ventilador en un lugar cerrado, y esto nos permitirá separar las semillas, que suelen ser más pesadas, del resto (normalmente, restos de la planta menos pesados que las semillas y por lo tanto más volátiles).
EXTRACCIÓN HÚMEDA
En el caso de estar trabajando con frutos húmedos, aunque hay diferentes tipos, podemos aprovechar que las semillas no están secas para limpiarlas con agua. Tendríamos que realizar las siguientes tareas.
EXTRACCIÓN DE SEMILLAS Después de abrir los frutos, tendremos que extraer las semillas, y, cuando los frutos estén dentro de la pulpa, los extraeremos con una cucharilla o con los dedos.
FERMENTACIÓN El tomate y el pepino tienen recubierta su semilla de un mucílago que impide su limpieza correcta. La fermentación de las semillas permite retirar ese recubrimiento y de paso eliminar algunos gérmenes patógenos y le facilita cierta protección contra virus y enfermedades fúngicas. La semilla se debe depositar junto con el jugo del fruto en un recipiente y mantenerlo a temperatura ambiente entre 1 y 3 días (influye mucho la temperatura ambiente). Cuanto el recipiente esté cubierto de un moho de color blanco, procederemos a limpiar la semilla según las técnicas descritas en este capítulo.
LIMPIEZA POR FRICCIÓN Con las semillas en un recipiente, deberíamos terminar de limpiarlas para que no quede ningún tipo de materia adherida a la pared de la semilla. Podemos utilizar una batidora de varillas (no de aspas, que podrían dañar la cubierta de la semilla) a baja revolución para realizar esta labor.
DECANTADO Una vez limpias las semillas, cogeremos un bote alto de cristal y lo rellenaremos de agua; así, las semillas que pesan más, se decantan más rápido en el fondo del bote, y después tiraremos el agua con los restos. Esta operación la repetiremos varias veces hasta que las semillas queden prácticamente limpias. Algunas semillas no decantan, como por ejemplo pasa con el melón, y no podremos utilizar esta técnica.
CRIBADO Una vez decantadas, procederemos a cribarlas con un cedazo por el que no puedan pasar las semillas pero sí el resto de las impurezas.
SECADO Por último, tiene lugar el secado de las semillas. Esta parte es crucial porque para almacenarlas adecuadamente deben estar completamente secas. Podemos poner las semillas al sol para que pierdan el agua, durante un máximo de 2 horas. Después, fuera del sol directo, las pondremos sobre una superficie dura (plástico, suelo, cristal…) para que se complete el proceso de secado, en un lugar con una temperatura de entre 20-25ºC y suficientemente aireado para que el proceso de secado sea relativamente rápido. Las semillas tienen que acabar con una humedad de entre un 10-15%. En el caso de tener cantidades grandes de semillas, puede ser conveniente tener algún sistema de ventilación forzada que acelere el proceso.

Resumen de las condiciones de extracción de semillas de las principales especies hortícolas.

CONDICIONES DE EXTRACCIÓN DE LAS PRINCIPALES ESPECIES HORTÍCOLAS
FAMILIA ESPECIE FLORACIÓN POLINIZACIÓN RECOLECCIÓN VIABILIDAD AISLAMIENTO
Cucurbitáceas PEPINO(Cucumis sativus L.) El fotoperiodo determina el sexo de la flor. Entomófila Hay que dejar madurar el fruto. Extraer la semilla por fermentación. 4-10 años 400 metros
CALABAZA y CALABACÍN(Cucurbita sp) Flores de gran tamaño masculinas y femeninas. Entomófila y cruzada Dejar madurar el fruto. 3-10 años 1.000 metros
SANDÍA(Citrullus lanatus) Florece a partir de 25 ºC. Entomófila Dejar que el fruto madure un poco más que en condiciones normales. 6-10 años 1.000 metros
MELÓN(Cucumis melo L.) Flores masculinas y femeninas diferenciadas. Entomófila Cuando el fruto esté maduro. 5-10 años 1.000 metros
Leguminosas JUDIAS o ALUBIAS(Phaseolus vulgaris L.) Buena parte de ellas requieren temperaturas nocturnas para cuajar la flor. Flores autocompatibles y autógamas, (posibilidades de polinización cruzada) Recoger cuando las vainas estén secas, pero aún no se hayan abierto. 3-5 años 2-100 metros 
HABA(Vicia faba L.) La vernalización con temperaturas inferiores a 15ºC acelera la floración. Flores autocompatibles (autógamas y con polinización cruzada) Recoger cuando las vainas estén bien secas. 4-10 años 1.000 metros
GUISANTE(Pisum sativum L.) Flores casi totalmente autógamas Recoger cuando las vainas estén bien secas. 3 años 10-100 metros
Solanáceas BERENJENA(Solanum melongera L.) Necesita + 20ºC de noche y 25ºC de día para florecer. Autógama, aunque puede producirse polinización cruzada Dejar madurar bien el fruto hasta que cambie de color. 5-10 años 50 metros
PIMIENTO(Capsicum annum L.) Necesita temperaturas nocturnas elevadas para florecer. Autógama, aunque con cierto grado de alogamia Recoger el fruto cuando esté bien rojo. 5-10 años 50-200 metros
TOMATE (Lycopersicum lycopersicum L.) No depende del fotoperiodo para florecer. Autógama, aunque algunas especies de estilo largo favorecen la polinización cruzada Recoger el fruto cuando este bien maduro. Extraer semillas por fermentación. 4-10 años 5-20 metros
PATATA(Solanum tuberosum) Habitualmente no se reproduce por semillas, sino por bulbo. Sólo se utiliza la semilla para crear nuevas variedades.
Quenopodias REMOLACHA(Beta vulgaris L. forma rubra) Necesita un proceso de vernalización para florecer. Especie bianual.Polinización anemófila. Recoger cuando la inflorescencia esté seca. Terminar de secar en almacén.Los glomérulos contienen varias semillas. 4-8 años 1000 m.Puede cruzarse con acelga y con remolacha forrajera.
ACELGA(Beta vulgaris L. forma cycla) Necesita un proceso de vernalización para florecer. Especie bianual. Polinización anemófila. Recoger cuando la inflorescencia esté seca. Terminar de secar en almacén.Los glomérulos contienen varias semillas. Más de 10 años 1.000 m. Puede cruzarse con remolacha y con remolacha forrajera.
ESPINACA (Spinacea oleracea L.) Floración rápida después de la vernalización. Polinización anemófila, con cierto grado de polinización entomófila. Recoger cuando la inflorescencia esté seca. Terminar de secar en almacén. 3-4 años 1.000 metros
Compuestas LECHUGA(Lactuca sativa L.) Floración primaveral y estival en capítulos. Autógama. Recoger el capítulo floral cuando estén maduras, al menos, el 50 % de la semillas o embolsar previamente. 5-8 años 2-10 metros
ESCAROLA (Chicorium envidia L.) Anual. Florece al aumentar la insolación. Autógama. Embolsar antes de recoger las semillas. Secar en almacén. 8-10 años 50-800 m. Puede cruzarse con achicoria o endivia, pero no al revés.
ALCACHOFA(Cynara scolymus) Flores autoestériles. Se necesitan varios individuos para la polinización. Alógama. Polinización entomófila. Dejar solo flores principales para semilla. Recoger una vez abiertas y con plumilla. 5-7 años 500-1.000 m. Puede cruzarse con el cardo.
Umbelíferas ZANAHORIA(Daucus carota L.) Suele necesitar vernalización. Bianual. Alógama. Polinización entomófila. Entutorar o embolsar inflorescencia para evitar pérdidas. 5-10 años 1.000-1.500 metrosPuede cruzarse con variedades silvestres
APIO (Apium graveolens L. var. dulce) Las flores son autofértiles. Necesita vernalización. Bianual. Alógama.Polinización entomófila. Embolsar antes de la apertura. Secar en almacén. 8-10 años 800 metros
PEREJIL (Petroselinum hortense Hoffmann) Flores en umbelas. Suele necesitar vernalización. Alógama. Bianual. Polinización entomófila. Embolsar antes de la apertura. Secar en almacén. 5-7 años 800 metros
Crucíferas COLES (Brassica oleracea)[Berza, coliflor, repollo, brócoli, col bruselas, colirrábano] Forman tallos florales de más de 1 m. Algunas variedades pueden autopolinizarse. Alógama. Bianual.Polinización entomófila.

Muchas variedades son incompatibles.

Embolsar antes de la apertura de la vaina. Secar en almacén. 4-10 años 1.500 metros
NABOS (Brassica rapa L.) Necesita vernalización. Tallos en torno a 80 cm. Alógama. Bianual. Embolsar antes de la apertura de la vaina. Secar en almacén. 4-10 años 1.000 m. Puede cruzarse con nabos forrajeros, col china, y mostaza.
RABANO (Raphanus sativus L.) Algunas variedades necesitan vernalización. Alógama. Polinización cruzada y entomófila. Embolsar antes de la apertura. Secar en almacén. 5-10 años 1.000 metros
COLINABO (Brassica napus L.) Necesita vernalización. Alógama. Polinización cruzada y anemófila. Embolsar antes de la apertura. Secar en almacén. 4-6 años 1.000 m. Puede cruzarse con algunos nabos y colza.
Liliáceas PUERRO (Allium ampeloprasum var. porrum L.) Flores en umbelas. Suele necesitar vernalización. Bianual. Alógama. Polinización entomófila. Embolsar antes de la apertura. Secar en almacén. 2-3 años 1.000 metros
CEBOLLA (Allium cepa L.) Flores en umbelas. Suele necesitar vernalización. Bianual. Alógama. Polinización entomófila. Embolsar antes de la apertura. Secar en almacén. 1-2 años 1.000 metros
Gramíneas MAÍZ (Zea Mays L.) Diferenciación entre flores masculinas y femeninas. Polinización cruzada. Anemófila. 5-10 años 1.000 metros

1.4. Almacenamiento de semillas

Condiciones

Uno de los caballos de batalla con las semillas hortícolas consiste en conseguir para ellas una vida útil lo más prolongada posible. Aunque depende en gran medida de las variedades y de la calidad de la propia semilla, podemos citar tres factores que inciden de forma directa durante el almacenamiento de las semillas:

  • temperatura: podemos almacenar las semillas a temperatura ambiente, pero en pocos años perderán buena parte de su viabilidad, pero las bajas temperaturas pueden mejorar mucho su longevidad. Las colecciones base de los bancos de conservación preservan las semillas a muy baja temperatura para que aguanten durante décadas. Las neveras con una temperatura de unos 4ºC son una mejor solución, aunque tendrían que estar destinadas únicamente a semillas (está contraindicado usar la nevera de la cocina donde hay mucha humedad). En nuestro caso, si disponemos de un armario bien fresco, ese será el lugar adecuado.
  • luz: debemos conservar las semillas en ausencia absoluta de luz.
  • humedad: la humedad es quizá el principal enemigo de las semillas por lo que el almacenamiento tiene que procurar un sistema que las mantenga bien secas. Para ello debemos evitar lugares húmedos (el frigorífico junto con verduras y otros productos de alimentación, sótanos…). Además, debemos evitar los cambios bruscos de temperatura que pueden provocar condensación de agua que rápidamente absorben las semillas. En los botes donde las semillas vayan a estar almacenadas durante largos periodos de tiempo conviene utilizar alguna sustancia deshumificadora. La más usada es el gel de sílice, que es fácilmente asequible y tiene muy buenas condiciones. Se debe poner en bolsitas porosas dentro de los botes y revisarlo de vez en cuando. En el momento en el pierda su característico color azul y se vuelva rosado o azul pálido conviene deshidratarlo mediante el paso por un horno a 100ºC. Aunque no reúnen las mismas condiciones, también podríamos utilizar tizas (de las antiguas, que son más porosas) para mantener secas las semillas.

En el caso de que dispongamos, deberíamos almacenar nuestras semillas en una nevera que solo tenga semillas, a una temperatura constante de unos 4ºC. Si no es posible, hay que buscar un lugar que reúna las tres condiciones antes descritas.

Técnicas para almacenar

Existen muchas maneras de almacenar nuestras semillas de manera que se conserven a través del tiempo y se mantengan viables. A continuación detallamos algunas maneras fáciles y prácticas de almacenar:

  • botes de vidrio o de plástico: para pequeñas cantidades es quizá la mejor forma de conservar la semilla, puesto que permiten ver en su interior tanto la semilla como el elemento deshidratante que hayamos introducido en el bote. Cada vez que se vuelva a utilizar el bote tiene que ser limpiado a conciencia y desinfectado.
  • recipientes metálicos o latas: estos recipientes son muy útiles porque en general se pueden cerrar muy bien y no presentan agujeros que faciliten la entrada de insectos. Además, la mayoría son opacos lo que impide la entrada de luz que puede afectar la durabilidad de las semillas. Son los más utilizados en los bancos de germoplasma.
  • bolsas de papel: este tipo de empaque es muy práctico y fácil de conseguir. Como no evitan la entrada de humedad y de posibles insectos y patógenos solo es recomendable utilizarlos para aquellos lugares en los que las semillas vayan a estar poco tiempo. En los bancos de semillas son muy utilizados para facilitar el trasiego de pequeñas cantidades de semillas.

Para tener en cuenta:

  • rotulado: cuando almacenamos nuestras semillas es de vital importancia para el control del banco que cada recipiente esté marcado con las siguientes consideraciones:
    • fecha de envasado;
    • fecha de producción de la semilla;
    • contenido: (especie y variedad);
    • peso de la semilla o cantidad incluida;
    • y observaciones sobre el que puso allí la semilla o sobre las condiciones de cultivo de la misma.
  • contenido de oxígeno: es muy importante llenar lo más posible el recipiente que se esté usando para guardar las semillas, ya que evitará que quede una cantidad muy alta de oxígeno (que obligaría a las semillas a tener procesos de respiración aeróbica que las deteriorarían en poco tiempo). Cuanto menos oxígeno exista dentro del embalse, más durabilidad tendrán las semillas.

Sanidad en la producción y almacenamiento de semillas

Ya sabemos que las semillas tienen una vida útil que depende de sus condiciones de almacenamiento. Pero es importante que sigamos una serie de consejos básicos para proveernos de semillas sanas y evitar que puedan ser infectadas por insectos, virus, bacterias u hongos. Conseguiremos incrementar la vida útil de las semillas y nos aseguramos de que no sean un vector de propagación de plagas y enfermedades.

Para empezar tenemos que tener un control estricto de los individuos que utilizamos como planta madre, realizando los tratamientos convenientes y eliminando inmediatamente todas aquellas matas que puedan mostrar síntomas de enfermedades infecciosas.

En el caso de infección o como medida preventiva podemos realizar algunos tratamientos de desinfección, aunque deben utilizarse con cuidado y no todos ellos se pueden realizar en todas las especies. A continuación detallamos algunos de los más habituales que podemos realizar de forma «casera»:

  • desinfección en agua caliente: se mantienen las semillas, bulbos o tubérculos sumergidos en agua a 50ºC durante 30 minutos. Después los secamos bien.
  • desinfección en calor seco: las semillas deben someterse a una temperatura de entre 60-80ºC desde 1 hora hasta 24 horas.
  • congelación: introducimos las semillas en el congelador durante al menos 24 horas. Normalmente es efectivo contra insectos (gorgojos, polillas…).

Análisis de calidad

La germinación es el proceso mediante el cual un embrión se desarrolla hasta convertirse en una planta. Este proceso se ve influenciado por factores diversos que pueden condicionar su desarrollo, entre los que están el poder germinativo de la semilla, la ruptura de posibles letargos o los factores ambientales (luz, humedad, temperatura, aireación). En los estandartes para analizar las semillas se utiliza también el vigor (capacidad y nivel de actividad en la germinación) y la viabilidad (capacidad de la semilla en producir plantas sanas en el tiempo correcto).

2. La importanciade los bancos de semillas

En la antigüedad, la fórmula más común para cultivar una variedad nueva era que otro agricultor nos facilitase semillas o incluso el propio fruto. A partir de ahí, el agricultor sembraba esa especie y en muchos casos se distribuía por la comarca. Las variedades se conservaban en manos de los propios agricultores y se mantenían vivas con su plantación temporada tras temporada.

Como comentábamos al principio de esta guía, en la actualidad, los agricultores utilizan masivamente especies de «variedades comerciales» para destinar al consumidor final, y las variedades antiguas las utilizan ellos mismos para uso doméstico, concentrándose las semillas de estas últimas en manos de personas mayores.

Es por ello que los bancos de semillas, que empezaron a aparecer hace ya más de 150 años, son de vital importancia para preservar esta diversidad y garantizar que el material pueda estar a disposición de nuevos agricultores interesados en su cultivo. Dentro de los bancos de semillas hay varios tipos, que describimos a continuación.

Centros de recursos fitogenéticos

Desde el siglo XIX, las administraciones se esforzaron en recolectar variedades agrícolas tanto para su conservación como para utilizarlas en la base genética de las mejoras varietales que tanto las administraciones como la agroindustria han estado realizando desde entonces.

En España, hay un trabajo ingente realizado por diversos organismos que ha permitido la conservación ex situ de miles de variedades. En Madrid, podemos destacar dos de ellos:

  • Colección de variedades de vid de ‘El Encín’, Alcalá de Henares, gestionado por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).
  • Centro Nacional de Recursos Fitogenéticos del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA).

Bancos comunitarios

Son implementados por comunidades agrícolas para conservar y disponer de forma colectiva de las semillas necesarias para las siembras de cultivos. Disponen de un lugar físico de acopio y almacenamiento en condiciones hasta campañas posteriores.

Son los propios agricultores los que aportan las semillas, lo que les permite preservar las variedades locales y no depender de la agroindustria para proveerse. Estos bancos comunitarios son muy comunes en latinoamérica.

Intercambio de semillas

Estos espacios, normalmente organizados por entidades diversas o redes de semillas, tienen varios formatos de funcionamiento, pero en definitiva lo que procuran es que los agricultores y agricultoras aporten semillas de variedades locales para que otras personas (no necesariamente de ese entorno) puedan acceder a ellas y solicitarlas, normalmente en pequeñas cantidades.

Hay muchas experiencias en el Estado español y os mostramos algunas muy interesantes:

semillas

Redes de semillas

Las redes de semillas son organizaciones descentralizadas, de carácter técnico, social y político que trabajan con el objetivo de facilitar y promover el uso, producción, mantenimiento y conservación de la biodiversidad agrícola en las fincas de los agricultores y en los platos de los consumidores. Lo hacen mediante la implementación de bancos de semillas, intercambios de semillas y/o campañas diversas de concienciación o protesta.

En España hay que destacar la Red de Semillas «Resembrando e Intercambiando» (RdS) y territorialmente existen algunas organizaciones que están realizando un trabajo muy interesante, como Llavors d’Ací en la Comunidad Valenciana, la Red Andaluza de Semillas o Les Refardes-GAIADEIA en Cataluña.

Empresas o asociaciones que venden semillas locales

Poco a poco va habiendo un mayor interés por variedades locales, lo que ha animado a algunas entidades a la recuperación y producción de semillas destinada a la venta. En Madrid destaca la Asociación La Troje. Hay varias empresas de producción de semilla ecológica relativamente fáciles de encontrar, pero no utilizan variedades locales. De hecho algunas de ellas utilizan variedades «propietarias» e híbridos, puesto que estos no están prohibidos por la normativa de agricultura ecológica.

Bancos de semillas particulares

Cada agricultor o agricultora tiene su pequeña reserva de semillas para los cultivos venideros. Son la base de la agroecología y garantía de la preservación futura de las variedades locales.

Banco de intercambio de semillas | Matadero-Madrid

3. Monta tu propio banco de semillas

Las tareas para la extracción de las semillas de las variedades locales nos requerirán algunos recursos y nos pueden ocupar muchos meses, pero las satisfacciones que nos proporcionará nos recompensarán durante años. Ricos tomates, resistentes repollos, deliciosos melones…

Y llegado el momento de ponerse manos a la obra, la inversión en materiales dependerá mucho de la cantidad de semillas que queramos producir, pero para producciones caseras serían presupuestos muy pequeños, al alcance de cualquiera. Además, muchos de estos materiales los tenemos a disposición en casi todas las casas y, por lo tanto, nos podríamos ahorrar buena parte de la inversión.

3.1. Para la producción

Hay que tener en cuenta que podemos producir grandes cantidades de semillas, aun teniendo un huerto relativamente pequeño, y es conveniente introducirse poco a poco en el mundo de la producción de semillas, comenzando por especies fáciles. Aún así, siguiendo las recomendaciones de esta guía y si tenéis ganas de lío, os podéis atrever con casi todas las especies con una inversión prácticamente nula.

Dejando distancia suficiente entre variedades y/o plantando las variedades adecuadas para evitar cruzamientos, nos ahorraremos el control de la polinización y tan solo tendremos que realizar la cosecha de las semillas.

Cuando utilicemos diversas variedades en huertos pequeños será preferible utilizar las técnicas de embolsado y tan solo optaremos por los jaulones, tanto fijos como portátiles, cuando se quieran producir grandes cantidades de semillas.

Bolsas anti insectos transpirables varios tamaños (3€/ud.)

Estas bolsas deberían ser de materiales porosos. Otra opción es la de fabricar bolsas con malla anti insectos para sujetarlas a la planta y evitar que entren los insectos.

Son de pequeñas dimensiones: 10×10 cm. para la mayor parte de las especies o 20×20 cm. para cucurbitáceas (calabacines, calabazas…).

Pinceles pequeños (5-10€ varios)

Pinceles de los que se utilizan habitualmente para pintar lienzos. Lo ideal es tener varios para poder polinizar varias variedades el mismo día… Otra opción serían los bastoncillos de los oídos, pero son menos eficientes y son de usar y tirar. Hay que lavar bien los pinceles y dejarlos secar antes de volverlos a utilizar con otra variedad.

flor

Jaulones anti insectos móviles (20-50€/ud.)

Estos jaulones son de pequeñas dimensiones, para abarcar varios individuos de la misma especie (entre 2 y 10 plantones). Son estructuras tipo caja, que se cubren con malla anti insectos y que se ponen encima de las plantas destinadas a la producción de semillas para evitar que puedan entrar insectos con polen de otras variedades. En función de las variedades que tienen que cubrir tendrían dimensiones distintas.

Para fabricarlos necesitaremos:

  • malla anti insectos;
  • postes de madera o metálicos para los bordes;
  • tornillos;
  • bridas, grapas u otros sistema de sujección;
  • escuadras.

Jaulones anti insectos fijos (100-300€/ud.)

Estos jaulones tendrían grandes dimensiones y permanecen en el suelo tras varias campañas, por lo que se fijan de forma estable. Las dimensiones pueden ser diversas, aunque lo normal es que permitan a una persona andar sin agacharse y que quepan varias variedades. Es necesario que haya una puerta o que la malla anti insectos se pueda retirar con facilidad para poder entrar y salir. Conviene introducir polinizadores en los jaulones.

Para aprovecharlos bien, cada jaulón debe albergar varias variedades que no sean compatibles entre sí (calabacines, pimientos, melones…).

Para fabricarlos necesitaremos:

  • cemento y arena para fijar los postes;
  • postes metálicos o de madera de varios tamaños;
  • malla anti insectos;
  • tensores;
  • escuadras;
  • tornillos;
  • puerta.

3.2. Para la recolección y extracción

A lo largo de la primavera y el verano se recolectan y extraen la mayor parte de las semillas, lo cual nos viene muy bien puesto que los días son más largos y calurosos y el calor nos ayudará a secar la semilla rápidamente. Estas labores son relativamente sencillas y requieren muy poco material. Eso sí, necesitaríamos un espacio diáfano y con un suelo liso y limpio para trabajar.

Conviene que seamos cuidadosos con el material para evitar que las semillas se puedan mezclar, así como que nosotros mismos propaguemos plagas y enfermedades entre las propias semillas, por lo que es necesario que limpiemos adecuadamente tanto las herramientas que utilicemos como los lugares de trabajo.

En la huerta, para la recolección de los frutos o inflorescencias nos bastará con:

  • cuchillos o tijeras de podar;
  • bolsas grandes y fuertes.
  • Ya en el almacén y para la extracción de la semilla:
  • cubos y cubetas de plástico;
  • batidora de cocina con montanatas;
  • coladores o cribas de diferentes tamaños;
  • ventilador regulable.

3.3. Para el almacenamiento e intercambio

Con muy pocos materiales, podremos organizar nuestro propio banco de semillas. Lo más delicado es encontrar un espacio físico donde almacenarlas siguiendo los consejos y recomendaciones que os hemos ido explicando en esta guía.

En realidad, la labor más ardua es la de difundir y gestionar los intercambios de semillas, puesto que se realizan durante todo el año:

  • botes de cristal o metálicos;
  • etiquetas autoadhesivas;
  • rotuladores indelebles;
  • gel de sílice (o tiza en su defecto);
  • sobres de papel o bolsitas de plástico (en el caso de que vayamos a entregar a otras personas);
  • base de datos.

botes de cristal