Pensad y diseñad bien vuestra investigación:
preparad bien todos los aspectos que conlleva una minietnografía antes de empezarla para no perderos en el laberinto; practicad, pensad, hablad con gente que pueda orientaros, buscad colaboradores.
Aprended a aprender:
la minietnografía es siempre un proceso de aprendizaje que os ofrece la posibilidad de hacer cosas que nos son habituales en vuestra vida cotidiana, de relacionaros con gente y de experimentar situaciones que os pueden resultar al principio un poco extrañas; pensadlas como una oportunidad.
Aprended a observar:
en una investigación de campo pasan infinidad de cosas y la capacidad de observación, y de retener lo observado, es clave para que vuestro trabajo final tenga la mayor calidad posible.
Sed sistemáticos:
si no registráis metódicamente lo que ocurre en el trabajo de campo, lo olvidaréis o se os difuminarán muchos detalles relevantes; mejor pasarse que quedarse cortos.
Dejaos sorprender:
sal de tu zona de confort, no permitas que tus ideas preconcebidas bloqueen iniciativas inesperadas que pueden sucederte durante la investigación; mantén la mente siempre abierta ante lo novedoso o inesperado.
Desplegad vuestras actitudes sociales:
el trabajo de campo minietnográfico se basa en la convivencia y colaboración con otras personas y precisa que pongas en juego los aspectos más sociales de tu personalidad.