Que las apariencias no te engañen. Las inteligencias colectivas pueden
aparecer en cualquier lugar y a veces se disfrazan de objetos cotidianos
a los que no prestamos atención alguna.
Que las apariencias no te engañen. Las inteligencias colectivas pueden tener incontables tamaños, formas y colores. Pueden estar en lugares públicos, privados o compartidos. Son únicas pero también existen familias de las mismas. No te des por vencido.
Que las apariencias no te engañen. Las inteligencias colectivas no son sólo objetos, también pueden ser modelos de gestión acuerdos, etc.
Atrévete a explorar lugares donde nunca te habrías aventurado. Incluso allá donde vivas seguro que hay esquinas y plazas que nunca frecuentan, aquellos lugares remotos pueden estar llenos de inteligencias colectivas.
Búscalas allá donde es frecuente encontrarlas como espacios donde hay mucha actividad humana: mercados, lugares de intercambio de viajeros, barrios, etc.
No te frustres si no conoces ningún software vectorial, puedes sustituir la explicación por dibujos a mano y un texto que permita a las demás personas entender en qué consiste esa inteligencia colectiva, cómo se puede replicar y cómo puedes aprender de ella.
Desarrollar prototipos físicos que aprendan de las inteligencias colectivas encontradas es una buena actividad para compartir el conocimiento adquirido, generar red y, de paso, dar respuesta alguna necesidad.
Acuérdate de que para que las inteligencias colectivas tengan alcance y otra gente pueda disfrutarlas, deben ser compartidas. Utiliza siempre licencias de derechos que permitan a otras personas seguir compartiéndolas y utilizándolas Trata de encontrar a los agentes detrás de aquellas inteligencias colectivas, ellas y ellos te pueden descubrir algunas nuevas.