La inteligencia colectiva no es una potencia mental oscura y abstracta, no es un comodín que vale para todo en el nuevo lenguaje de la innovación. Esta guía nos enseñará a identificar las inteligencias colectivas en plural, por todas partes, en las cosas cotidianas que nos rodean. Con ella no solo aprenderemos a localizarlas sino también a utilizarlas, compartirlas, desarrollarlas y a sacarles el máximo provecho. En definitiva, esta guía lo que intenta es facilitar que podamos disfrutarlas.
Pasamos por la vida a toda velocidad, mirando casi exclusivamente hacia delante y no nos damos cuenta de que a los lados nos perdemos algunas cosas imprescindibles. Vivimos bombardeados por mensajes que nos invitan a comprar las cosas “smart” y no damos importancia a que en realidad estamos rodeados de muchas inteligencias únicas. Objetos y situaciones que podemos encontrar a nuestro alrededor, ingenios imposibles de comprar en “Amazon” que han sido ideados y fabricados por personas anónimas para satisfacer situaciones muy concretas de la manera más original.
Velas de barco fabricadas con sacos de arroz, señales de tráfico apoyadas en llantas de coche para conseguir estabilidad, bicicletas con cuatro ruedas para soportar más carga, casas construidas con piezas de barco, pavimentos de baldosas que permiten pagar las facturas de la luz de sus residentes o bolsos, sombrillas y sillas tejidos con plásticos de embalar de mil colores distintos son algunos de los ejemplos que pueden servir para que os hagáis a la idea de a qué nos referimos.

El mundo del diseño actual sufre una pérdida de visión galopante. Mientras demuestra una capacidad sorprendente para focalizar su mirada en lo central, está dejando de usar su visión periférica. Esta asimetría de visión pone siempre en primer plano los mismos estándares y así se construyen los imaginarios futuros, sólo teniendo en cuenta un puñado de referencias. En realidad, el mundo del diseño es muchísimo más grande y complejo de lo que parece y ejercitando nuestra visión periférica nos podemos dar cuenta del gran nivel que existe, de la multitud de opciones que se pueden encontrar, de la ingente cantidad de recursos y alarmante número de excelentes diseñadores que siguen aún en el anonimato. Reivindicamos en este guía el ejercicio de este otro tipo de visión, la periférica, mirando otros objetos, otros lugares, otras técnicas constructivas que pueden darnos también las claves de hacia dónde podría caminar el mundo en un futuro. Legitimar otros diseños, invisibles para no iniciados, pero que aparecen si dejamos la “mirada perdida”, como mirando al infinito, sin concentrarla en un solo punto, sino en el mayor número posible a la vez, tal y como hacía Bruce Lee para enfrentarse a múltiples rivales.
Una vez que identifiquemos esos diseños periféricos debemos analizarlos como se merecen, no como divertidas anécdotas, irregularidades fruto de la falta de medios o como tradiciones obsoletas incapaces de evolucionar, sino con el rigor complejo que los ha de legitimar como productos de su tiempo. En todos y cada uno de estos diseños periféricos podemos encontrar el ADN de la contemporaneidad, reflexionando y analizándolos de cerca. Poniéndolos en práctica o evolucionando sus sistemas, nos damos cuenta de que muchas de las grandes cuestiones que se discuten hoy en la academia o en las escuelas más innovadoras, están ya relatadas en los diseños informales de la cultura emergente.

Llamamos Inteligencias Colectivas a todos esos hallazgos, conocimientos encontrados en ámbitos domésticos, ingenios que aprenden de la sabiduría tradicional y la evolucionan, ocurrencias ad hoc o tan antiguas como la vida. Pueden ser pequeños objetos o sistemas de gran escala, que si dedicamos algo de tiempo a analizar, descubrimos como auténticas genialidades de las que aprender. Aparecen por necesidad, para solucionar problemas del día a día, utilizando aquello que tenemos a mano. Casi todos siguen lógicas de la reutilización y la autofabricación, desplegando una estética genuina y sincera que los convierte en objetos de gran belleza.
Estos inventos, que desprenden una imaginación desbordante, no pertenecen a nadie. Son creaciones colectivas que nacen de juntar ideas y necesidades de aquí y de allá. De mezclar lo que nadie había pensado nunca en mezclar, son el resultado de conectar muchos mundos diferentes. Son innovación emergente. Ponen en valor los saberes
impuros y mestizos ya que son casi siempre un remix de otros inventos anteriores. El valor de este saber remezclado no está licenciado con un sello copyright que impida su reproducción. Las inteligencias colectivas son conocimientos con los que podemos trabajar de manera libre, replicándolos y evolucionándolos para seguir aprendiendo.

Estos inventos, que desprenden una imaginación desbordante, no pertenecen a nadie. Son creaciones colectivas que nacen de juntar ideas y necesidades de aquí y de allá. De mezclar lo que nadie había pensado nunca en mezclar, son el resultado de conectar muchos mundos diferentes. Son innovación emergente. Ponen en valor los saberes impuros y mestizos ya que son casi siempre un remix de otros inventos anteriores. El valor de este saber remezclado no está licenciado con un sello copyright que impida su reproducción. Las inteligencias colectivas son conocimientos con los que podemos trabajar de manera libre, replicándolos y evolucionándolos para seguir aprendiendo.
Las inteligencias colectivas son conocimientos extendidos de manera global. Su condición de globalidad contrasta de manera muy significativa con su intenso carácter local. Todas y cada una de las inteligencias colectivas que podemos encontrar están estrechamente vinculadas al entorno en el que se inventan. Es precisamente el contexto en el que las encontramos el que termina de definir cómo son y a la vez, analizando uno de estos ingenios, podremos conocer, de manera más profunda de lo que pueda contar una guía turística, cómo es el entorno en el que han aparecido.

Las inteligencias colectivas son, en nuestra opinión, bienes patrimoniales culturales emergentes que dotan de superpoderes a los objetos cotidianos. Los hacen super-baratos, super-bellos, super-ecológicos o super-reparables. Son también bienes patrimoniales materiales capaces de tener segundas vidas, siendo reutilizados en mil situaciones diferentes. Pero también pueden ser bienes patrimoniales inmateriales, como sistemas de gestión que permiten utilizar los espacios públicos y privados de maneras mucho más eficientes o inesperadas.
En esta guía queremos ofreceros una manera de identificarlas y trabajar con ellas, sacar el máximo partido de lo que normalmente queda olvidado. Aprender a identificar las inteligencias es crucial, pero no nos quedaremos ahí. Aprenderemos a “mapearlas” para que otras personas puedan reconocerlas más fácilmente; a trabajar con ellas creando manuales que fomenten su replicabilidad o evolucionarlas diseñando prototipos que nos permitan mejorarlas.

Esta guía de Inteligencias Colectivas se inspira en este fenómeno para crear lugares de encuentro, bases de datos libres y un registro de detalles constructivos colectivos a partir de ejemplos reales de construcciones no estandarizadas que nos permitirá ponerlas en valor y proyectar un futuro en el que tengan verdadera relevancia.